miércoles, 21 de diciembre de 2016

Orlando Adriani: El cineasta trujillano que ha ganado dos Emmy en los Estados Unidos

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El nacido en Carache ya tiene en sus bolsillos dos premios Emmy por su trabajo cinematográfico, aunque Hollywood no está en sus planes a corto plazo, reconoce que su trabajo y la cercanía pueden influir en que pronto esté en la meca de cine.

Orlando Adriani tenía un año cuando sus padres decidieron buscar un mejor porvenir en la capital Caracas. Sin embargo Carache no es para él un lugar extraño, cada vacaciones volvía al pueblo de las acemas, la tierra que lo vio nacer.

El trujillano tomó un espacio de su apretada agenda y desde Estados Unidos decidió responder a la entrevista para Trujillo Digital.

Hoy día Adriani dirige Hormiga Films, una productora cinematográfica que ya ha logrado posicionarse entre los amantes del cine en el estado de la Florida, en Estados Unidos.

Y es allí donde ya ha logrado dos Emmys de la Florida,  la Academia de Artes y Ciencias de la Televisión de los Estados Unidos entrega también el preciado trofeo a nivel regional.

“Mi pasión por el buen cine nació a los 17 años, cuando tuve  la oportunidad de trabajar en una película por primera vez,  como aprendiz de iluminación. Fue descubrir el mundo y trazarme un norte en la vida.” Nos dijo Adriani.

Salir de Venezuela buscando oportunidades

“Salir a probar suerte con mi esposa” nos dice Adriani cuando preguntamos el porqué de su salida al exterior, sin embargo afirma que la situación de inseguridad que vive el país lo obligó a él y a “muchos” a salir de Venezuela.

“Vinimos dos meses a probar y ya tenemos casi tres año” dice con emoción.

Asegura que ser inmigrante es tan difícil según la actitud que cada uno se le ponga a la situación.  "Hay que pasar la página y agradecer la oportunidad que la vida te está brindando  en otro lugar del mundo, siempre llevando tu nacionalidad en alto,  o puedes escoger salir con nostalgia y pesadez y seguramente las dificultades serán más grandes y pesadas dentro o fuera de Venezuela” subrayó.

¿Cómo fue el proceso del video que te llevó a ganar el Emmy de la Florida?

Quería contar la historia de Joel Osto, un artista urbano que conocí aquí en Miami. Él vino a ayudar a un artista con una exposición y después él se queda acá  y empieza a buscar oportunidades para que conozcan su talento, logra conseguir que lo dejen hacer un mural y cuando me lo comenta,  decidí que  quería contar su  visión del arte y de la vida. Sobre todo para apoyarlo en su búsqueda  de una oportunidad.  Joel es de origen venezolano, humilde y con una nobleza a flor de piel.

¿Consideras que el premio te puede abrir otras puertas?

No es el primer Emmy que  gano. En el 2015 gané uno en la categoría de Dirección de fotografía, por un comercial de una tienda de Tatto, que realicé de la mano de Josh Silva, Óscar Lobo y Julio Mendez, todos venezolanos. El Emmy te da prestigio y es un gran logro que la Academia de Artes y Ciencias de los Estados Unidos entregue este premio,  que es a la excelencia de los trabajos nominados. Puertas siempre pueden abrirse, con premio o no a quien se destaque en lo que hace, lo que hay es que salir a tocarlas (risas).

¿Por qué Hormiga films?


Esta historia es bastante simpática, cuando comencé a los 17 años como aprendiz de eléctrico, uno no conoce los demás departamentos que trabajan en un set de filmación, así que como aprendiz ayudas a todos y eso me nació a mí, hacer y ayudar a todos, (cámara, máquina, efectos etc...) y así fue como  en pocos días me gané el sobrenombre de Hormiga, porque era flaco, moreno y muy trabajador. Este  pasó a ser mi sobrenombre,  por el que me conocen en la actualidad en el medio y al crear mi compañía, ya hace muchos años, me pareció ideal que llevara el nombre de Hormiga Films.

¿Qué tan difícil ha sido para ti incursionar en ese mundo?

Es un mundo en donde te tienes que dar a conocer por tu trabajo poco a poco, hacer todo lo mejor que puedas es la prioridad ya que tu trabajo va exponiéndote.

¿Cuáles serán los pasos a seguir para Orlando Adriani?

Seguir creciendo como persona y profesional en este trabajo se aprende todos los días y está en uno  si quiere aprender o no, y yo estoy dispuesto a aprender siempre de los más viejos y de los más jóvenes que tienen nuevas visiones.

Si pudieras darle nombre a una película con temática de Trujillo ¿Cómo la llamarías?

Sin duda la llamaría "Tierra de nubes" esa frase simple me gustó de un letrero que veía al ir a Escuque. Combinaría seguramente con muchas historias que se intenten contar en Trujillo con esos cielos azules y esas nubes que se ven tan cercanas, un gran sitio para conocer.

¿Qué extrañas de Trujillo?

De Trujillo puedo extrañar muchas cosas, la casa de bahareque de mi abuela, las arepas de maíz, el despertar escuchando las gallinas y cochinos, ese frío que es de los andes venezolanos, la nata, los quesos, esos paisajes que son tan nuestros andinos.

Tu mensaje a los trujillanos

No importa lo lento que vayas, mientras nunca pares.

Preguntas de rigor

¿Una costumbre que aún mantengas?

El comer arepas con nata y queso.

¿Piensas volver?

Si claro que volvería, me gusta viajar y conocer así que me falta muchísimo más para regresar.

¿Casado?

 Felizmente casado, con una caraqueña emprendedora, compañera y sobre todo amiga, más que vernos como esposos nos vemos siempre como novios. María Auxiliadora o "Maola", me ha acompañado en muchas batallas y sobre todo ha sido pieza clave en esta parte de nuestra  historia de salir de Venezuela, que si no estás bien apoyado,  puede ser un camino  muy cuesta arriba.

¿Hijos?

Muy complicado para mí (risas), no tenemos el don de tener la paciencia para los niños, tenemos mascotas que amamos y cuidamos: Akaska  (Husky siberiano),  Ramón (mestizo adoptado),  Bruno y la más pequeña Sophie (gatos adoptados de la calle) vivimos en armonía con nuestras mascotas, y tenemos planeado en un futuro tener otras más.

¿Mayor o menor de los hermanos?

Soy el segundo de 4 hermanos.

¿Un color favorito?

Anaranjado

¿Un lugar que no olvidas de Trujillo?


Carache donde nací y Escuque, lugar de todas mis vacaciones de la infancia.