El 16 de
abril se celebra el día mundial contra la esclavitud infantil, el origen del mismo proviene del día de la
muerte de Iqbal Masih a la edad de 12 años en 1995, quien fue vendido a los 4 años por su padre a una fábrica de
alfombras en Punjab, para pedir un préstamo que necesitaba para saldar las
deudas de la boda de su hijo mayor.
Con una
jornada de trabajo de 12 horas a una rupia el día, aunado a unos intereses
exorbitantes, el niño Iqbal a los 10 años aún estaba atado al contrato
del padre; fue en un mitin de los derechos humanos donde su vida cambio y
recupero su libertad.
En el tiempo
que se mantuvo con vida, fue un fiel partidario de la lucha contra la
esclavitud infantil.
Según UNICEF
“Se calcula que 400 millones de menores
en todo el mundo son esclavos, de los cuales 168 millones trabajan y 85
millones de ellos lo hacen en condiciones peligrosas”.
UNICEF
advierte que “la violencia, la
explotación y el abuso frecuentemente están a cargo de personas que el
niño conoce, incluyendo los padres y
madres, otros familiares, cuidadores, maestros, autoridades policiales, agentes
estatales y no estatales, y otros niños.”
La situación
país en Venezuela, ha establecido un uso comercial del trabajo infantil, dado la falta de ingresos en los hogares
cada día son mayores las cifras de los infantes que dejan las aulas para
trabajar.
Según datos
aportados por la Fundación Arturo Uslar Pietri, más de 50% de los alumnos de la
educación pública oficial no acuden a sus aulas de clases debido a la ausencia
del Programa de Alimentación Escolar (PAE), indicó Eric Ondarroa, director
general de la organización.
“7 millones de infantes se encuentran
fuera del sistema escolar” indicó Ondarroa.
Aunado a esto, según Óscar Misle, orientador, terapeuta y director de la Asociación Civil
Centros Comunitarios de Aprendizaje (Cecodap) “La explotación sexual es la que más predomina en Venezuela. Debido
a la simetría del poder, muchas personas mayores se aprovechan de la situación
de pobreza de los niños para presionarlos a que realicen prácticas sexuales a
cambio de dinero. Por supuesto, la crisis se presta para fomentar este tipo de
prácticas por medio de los niños”.