Cortesía Venezuela, estado Trujillo |
La virgen más grande del mundo es el
“Monumento a la Paz”, confeccionada principalmente de concreto y con 46,72
metros de altura, 16 metros de ancho, 18 de profundidad en la base y unas 1200
toneladas figura entre las estructuras más grandes de América.
Esta obra arquitectónica es una fiel prueba de la importancia
religiosa y mítica del estado Trujillo, ya que más que un símbolo de paz, esta
imagen es un recuerdo de la leyenda que indica que en aquella peña, se apareció
una vez la virgen María en los años 1550.
La historia cuenta que en las tardes una joven
pintoresca y guapa, aparecía
caminando por las tardes a comprar velas, y fue en una pulpería donde unos
hombres le preguntaron: ¿Por qué anda sola? y ella les respondería: «sola no, sino con Dios, el sol y las
estrellas» se dice que la siguieron hasta la peña y ella desapareció entre
las rocas con un resplandor.
Se pensó que la joven era la
aparición de la Virgen María, y para honrarla años después la esposa del
presidente Luis Herrera Campins, Betty Urdaneta, trujillana de nacimiento,
sugirió la idea de la edificación del monumento a la Paz.
Aunque con líneas duras y una
expresión mas bien severa, la virgen contradice los patrones de calidez y
amabilidad a los que los devotos acostumbran a ver en las imágenes, esta es mas
bien deja una sensación de poder y
respeto; no por ello deja de recibirnos en su interior para trascender y
transportarnos a los diferentes miradores, que muestran retazos de los bellos
paisajes trujillanos.
Esta madre con carácter,
evoca las tradiciones de épocas pasadas, mujeres con temple, que no por ello
dejaban de arropar a sus hijos.
El monumento de la Paz es un
crisol de historias, donde se une lo religioso, con el folclore y la infraestructura
de punta, que aún en la actualidad es difícil de imitar, el ser humano busca
identificarse en los símbolos; la estatua de la libertad implica que ya no hay
opresión, por lo tanto se diría que en aquel momento se buscaba dejar en claro
que ya no estábamos en tiempos de guerra y dejar ese colosal recordatorio, de
que la paz debe ser cuidada y preservada para no volver a esos tortuosos
momentos de conflicto.