El factor que generó la primera
diáspora venezolana a países como
Estados Unidos y España fue por la inseguridad previa a los gobiernos de Hugo
Rafael Chávez Frías.
Raenyira Briceño Pazos/ Magister en
ciencias de la Comunicación/Periodista venezolana en Ecuador
Los
venezolanos que en su gran mayoría han decido salir de la nación no lo
planificaron, solo han sido obligados, han huido debido al contexto social,
político y económico en el que se encuentra el país caribeño.
A pesar del
país en el que se vivía, rico en petróleo y con universidades de excelencia.
A pesar del
horror y de un miedo permanente.
Hoy, jóvenes
e integrantes de cada familia de distintas clases sociales, con título o sin
él, por aire, mar o tierra, les tocó emigrar.
Han decido salir
de una Venezuela bloqueada en todas las
coordenadas al no encontrar una perspectiva de vida, una oportunidad de crecer
y trabajar.
Por ello,
unos 2 millones de venezolanos han optado por abandonar la nación, porque
intuyen que el problema no se resolverá de un día para otro. Ese joven, hombre
o mujer que busca otros horizontes siente que
no debe esperar a que pasen los
años y Venezuela siga siendo la misma.
El panorama
nada alentador para la población: altas cifras de inflación, inseguridad, desabastecimiento
de alimentos, medicamentos y la falta de dialogo y liderazgo son algunos de los factores que aniquilan al
venezolano y lo hacen huir en busca de
paz, tranquilidad y bienestar a países europeos como: España, Italia y
Portugal, y latinoamericanos: Colombia, Ecuador, Chile, Costa Rica, Panamá y
Argentina.
Venezuela es
emigrante desde los años 90, el primer
factor que generó la primera diáspora venezolana a países como Estados Unidos y España fue por
la inseguridad previa a los gobiernos de Hugo Rafael Chávez.
Sin embargo
esta nación, ha estado constituida por un número significativo de extranjeros
que llegaron hace muchos años por diferentes motivos. Esto cambió y modificó
para siempre el curso del país encaminándolo hacia nuevas formas de vida y
desarrollo.
Miles de
extranjeros ingresaron al país entre los años 1936 y 1952. Fue el periodo con el mayor flujo migratorio y llegó a su
fin durante el gobierno de Marcos Pérez Jiménez. Esta generación influyó en
gran medida en la cultura en la producción e intelecto del venezolano, el país lo necesito y los recibió para su
desarrollo, esto ha cambiado, hoy día no hay lugar en el mundo entero con todas
las características.
Se puede
decir que el venezolano cumple con un ciclo que si se suma a la época de los 90
ya lleva 25 años siendo emigrante.
Venezuela
necesita construir un camino con gente profesional que se ha ido porque intuye
que no es parte de la solución país y ya no confía en sus líderes.
La
generación de profesionales que busca otras oportunidades lejos de casa es
fuerte y ganará cualquier país que los acoja, porque serán ciudadanos
agradecidos con la nación que les dio la oportunidad les vaya bien o les vaya
mal desempeñándose en su área o en cualquier
tarea sencilla.
Sin embargo,
también es cierto que la diáspora de profesionales ha afectado también a la
academia venezolana, hoy día las universidades venezolanas de excelencia
académica mundial no dejan de ser un
reflejo de lo que sucede en el país latinoamericano. Reconstruir la educación
es el camino a pesar de lo complejo y difícil que pueda ser. En su mayoría los
profesionales se van peleados con una cultura, el pueblo venezolano es culpable
de lo que ocurre en el país.
Ser
emigrante te enseña a entender la idiosincrasia a tener paciencia a
transformarse, nutrirse, los países latinos hablan muchas cosas en común pero
tienen diferentes culturas, arquetipos
características que se deben aprender y respetar ya que el ser humano no
es nadie para decir que cosa es buena o mala en cualquier parte del mundo.
El
venezolano cambia siendo emigrante, de muchas maneras, y esta generación de
venezolanos en particular aportara su
bagaje, sus músculos, su intelecto y serán hijos de la nación que los reciba y
depende de cómo les vaya regresarán o no a Venezuela. Si lo hacen llegaran
nutridos de ánimos de reconstrucción y con fortaleza de luchadores.