Un Estudio realizado a 15 estudiantes sexodiversos de
Comunicación Social del Nurr comprobó que 93,3% (14) no dejaría la carrera por
acoso, y alegaron que el maltrato que reciben por parte de un grupo del
personal, que trabaja en esta casa de estudio, o algunos estudiantes de otras
carreras no influye de manera negativa en su autoestima
E/CS Juan Pérez
Víctor
y Juan, pareja homosexual de 20 y 22 años, estudiantes de Comunicación Social
en el Núcleo Universitario Rafael Rangel de la Universidad de Los Andes (Nurr-ULA),
dicen ser discriminados por parte del personal universitario. “Una vez Juan
estaba acostado con la cabeza en mis piernas mientras esperábamos para entrar a
clases, y una de las señoras que limpian se nos quedó mirando de forma
despectiva. En vez de molestarnos, nos empezamos a reír”, relató Víctor. Los
jóvenes homosexuales de esa carrera se sienten acosados por algunos trabajadores
de la universidad y estudiantes de otros cursos, pero esto no afecta de manera
negativa en su autoestima.
Una
encuesta realizada a 15 estudiantes de Comunicación Social con diversidad
sexual en el Nurr determinó que 73,3% (11) no se avergüenzan de su preferencia
sexual, otro 93,3% (14) indicó que no abandonaría la carrera por el acoso que
pudiese recibir de sus compañeros. Sin embargo, el 60% (9) manifestó que alguna
vez negó su preferencia sexual por miedo al rechazo familiar. El 46,6% (7)
considera que la causa de este tipo de acoso es la falta de información.
Nathaly
Briceño, psicóloga del Instituto Autónomo Consejo Nacional de Derechos del
Niño, Niña y Adolescentes (Idena), considera la homosexualidad como una
condición de vida, algo natural. “Anteriormente en el Manual Diagnóstico y
Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM) aprobado por la Asociación
Americana de Psiquiatras (APA), la homosexualidad era considerada como un
trastorno mental en los seres humanos, pero en 1990 dejó de considerarse una
enfermedad. Ahora es algo hormonal, así se demostró”, declaró.
Diversidad sexual en
la sociedad
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Para
Nathaly Briceño, las personas con diversidad sexual “psicológicamente sufren un
daño importante porque son muy poco aceptados a nivel social y si son
aceptados, igual hay otras personas que aún discriminan la condición sexual”.
Añadió que generalmente las personas sexodiversas sufren baja autoestima “son
personas muy inseguras, con mucha indefensión. Generalmente sufren depresiones,
inclusive se han visto muchos casos de suicidio, y es debido a esta depresión
por la poca aceptación de la sociedad”.
Luis
Delgado, sociólogo del Servicio Administrativo de Protección al Niño, Niña y
Adolescente del estado Trujillo (Sapnnaet), declaró que las personas con
diversidad sexual son consideradas como un movimiento social que lucha por sus
derechos. “La sociedad tiene unas normas regulatorias y un nivel de control
social que de una manera impone ciertos modelos de sexualidad y cultura (…)
cuando una persona se sale de esas normativas la sociedad tiende a sancionarla”.
Homofobia y mentes
abiertas
La
palabra homofobia proviene del griego (homo) que significa “mismo” y (fobia)
que significa “miedo”. Se utiliza para describir un miedo o una actitud
negativa hacia las personas homosexuales (Lgbti). Puede expresarse de muchas
formas, como insultos, discriminación o niveles más extremos de violencia e
intimidación.
La
psicóloga, María José Roldan Prieto, publicó en la revista digital
bekiapareja.com un artículo llamado “Cómo Hacer Frente Al Bullying Homófobo” en
el que aseveró: “Hoy en día quedan muchas mentes que necesitan comprender que
ser gay no es algo malo y que la homofobia es algo que debería quedar en el
pasado (…) la mayoría de las personas homófobas actúan de esta manera debido a
la ignorancia y al miedo”.
Un
estudio realizado a 15 estudiantes
heterosexuales de Comunicación Social del Nurr demostró que el 86,6% (13)
considera que la homosexualidad es un rasgo biológico y no una enfermedad. El
73,3% (11) está de acuerdo con que personas del mismo sexo se casen y adopten
niños.
Sin
embargo, la misma encuesta aplicada a 30 personas entre estudiantes de otras
carreras y trabajadores heterosexuales del Nurr indicó que el 63,3% (19) opina
que no debería existir la diversidad sexual y el 73,3% (22) no está de acuerdo
con el matrimonio entre parejas del mismo sexo, ni que las mismas adopten niños.
Aunque el 46,6% (14) al saber que un compañero es LGBTI lo ignora, el 50% (15)
utiliza términos descalificativos para referirse a las personas sexodiversas.
Al ignorante se ignora
Julio
Ávila, de 22 años, estudiante homosexual de Comunicación Social en el Nurr,
contó que sí ha recibido acoso por ser gay pero que esto no afecta su
autoestima “Soy una persona anti parabólica, no tengo miedo de mostrar o ser
realmente quien soy”. Apuntó que las personas que acosan lo hacen por falta de
información y por desconocer la
comunidad sexodiversa, “al ignorante se ignora”.
Ávila
reveló que gracias al apoyo de su familia y amigos ha dejado atrás el odio, ya
que una vez, cuando era un niño de 8 años, pensó en suicidarse por miedo a no
ser aceptado al saber que sus parientes juzgaban a las personas con diversidad
sexual. “Tenía miedo de que yo fuera rechazado, pero a los 12 años me quité esa
idea de la cabeza”.
Una
investigación hecha por Aitor Martxueta Pérez y Juan Etxeberria Murgiondo, para
la Universidad del País Vasco (UPV), expone “El apoyo social proporcionado
tanto por la familia como por los amigos constituye un importante factor de
bienestar. Se observa que a mayor percepción de apoyo por parte de la familia y
los amigos, menores niveles de depresión y ansiedad, mayores niveles de
autoestima, mejor equilibrio de afectos”.
Un
estudio realizado por Russell Stephen para la Universidad de Arizona concluye
en “Sabemos en base al estudio que el orillar a los jóvenes Lgbti a mantener
sus preferencias en secreto está asociado a la depresión, comportamiento
suicida y uso de drogas. Ayudarlos a entender que abrir su identidad Lgbti
puede protegerlos contra riesgos y promover una mejor autoestima”.
La solución en las
leyes
La
Declaración Universal de los Derechos Humanos, indica, en sus principales
artículos, que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y
derechos. También expone que toda persona tiene los derechos y libertades sin
distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, etc.
La
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece que "todas
las personas son iguales ante la ley", prohíbe actos de discriminación
"que tengan por objeto menoscabar el reconocimiento en condiciones de
igualdad de los derechos de toda persona", y que "toda persona tiene
derecho al libre desenvolvimiento de su personalidad".
El
coordinador de Venezuela Igualitaria en Trujillo, Alexander Lucena, contó que
pensaba que la solución para la discriminación contra homosexuales era la ley,
ahora dice “No es cuestión de ley, es cuestión de mentalidad y para cambiar la
mentalidad hace falta activismo. El racismo y feminismo no se reivindicó por
leyes sino por una lucha constante de estas personas”.
Educación familiar
En
palabras de Luis Delgado, el acoso se evita por medio de la educación. “Debe
haber una educación que oriente al respeto, a la atención y necesidades de
estos grupos. Y nosotros desde nuestras familias promover el respeto hacia las
personas, que son igual que uno pero tienen diferencias de carácter sexual”.Nathaly
Briceño, manifestó que el acoso se evita con cultura. “Yo pienso que todo entra
por la familia, que los padres le expliquen a sus hijos que existen personas
que son diferentes. Es cuestión de educar y todo empieza por casa”.