martes, 27 de diciembre de 2016

CRÓNICA, HISTORIA Y MEDIOCRIDAD POLÍTICA (Autor: Gregorio Riveros)


Mario Briceño-Iragorry

La mediocridad política no acepta la crónica ni la historia que no les nombra ni les da preponderancia. Les hostiga porque los identifica, los señala y los acusa en sus acciones y omisiones. La mediocridad política le da importancia igual a cero a la historia y la crónica histórica. Y cuando le ponen la mirada es utilitaria, oportunista, como buscando una tajada provechosa. Tampoco aceptan al historiador o cronista que no elogia, que no les adula. Y sucede que, en la politiquería, de algunos países o pueblos, si elogias, adulas, alabas, te montan en la tarima y los aplausos, si no lo haces o dejas de hacerlo te bajan. Lo importante no es el bamboleo del historiador o el cronista. No es donde te ubiquen, sino donde te ubiques. Interesante es que la historia y la crónica (histórica) fluyan por donde debe, con la mirada puesta en el acontecer, y tratar de mirar las minucias verdaderas en la costura de los hechos, sin quiebres, sin ficciones, sin pulsarla, sin torcerle el brazo para alejarla de la verdad -con fines, o en procura- de satisfacer al poder, o en procura del aplauso efímero que deja la complacencia. La crónica, ni la historia se resiste a la verdad, el cronista y el historiador, tampoco deben resistirse a esa condición de la verdad.

El corolario final, lo dejo en estas palabras del ilustre pensador y escritor trujillano Don Mario Briceño Iragorry, autor de "Mensaje sin Destino", donde expresó lo siguiente:

"Cuando radico en lo histórico la causa principal de nuestra crisis de pueblo, no miro únicamente a los valores iluminados de cultura que provienen del pasado. Me refiero a la historia como sentido de continuidad y de permanencia creadora. Pongo énfasis al decir que nuestro empeño de olvidar y de improvisar ha sido la causa primordial de que el país no haya logrado la madurez que reclaman los pueblos para sentirse señores de sí mismos. ¿No nos quejamos diariamente de la falta de responsabilidad con que obran quienes asumen cargos directivos sin poseer la idoneidad requerida? Pues justamente ello proviene del desdén con que se miraron los valores antecedentes sobre los cuales se construye el dinamismo defensivo de la tradición".