En vida
hay que proyectarse es para la Historia porque los cambios más ambiciosos no
están hechos para el hoy. Los grandes proyectos sociales son como una gran red
en el océano: hay que irla soltando para más adelante recoger lo que se busca.
Esto es, construir desde las inconformidades que hoy sentimos, para evitárselas
a los que vienen mañana; de ellos es la responsabilidad de ir más allá de las
inconformidades que aún no surgen. La vida de la humanidad debe ser un ir
superando lo adverso a diario, una generación tras otra: superar es una
infinitud que nace en nuestra hermosa limitada naturaleza de seres estéticos,
seres de la sapiencia, seres de la imaginación, en un universo que nos hace
sentir ínfimos.
Hacer para lo histórico es vivir para la trascendencia.
La mayor felicidad consiste en heredar la posibilidad de vivirla, de que siempre pueda ser más felicidad.