miércoles, 22 de julio de 2015

Trujillo, un estado donde ser rico es malo

Cortesía de www.proceso.com

Bajó la santamaria, puso candado y se fue. Nadie sabía lo que sucedía, su negocio era próspero, uno de los que más ventas  tenia al año. Lo que todos ignoraban es que días antes el Sr Luis (nombre ficticio para proteger la identidad de la fuente) había recibido amenazas de muerte sino aceptaba pagar el monto que una banda de extorsión pedía  a cambio de “proteger” su negocio.
Historias como estas se repiten a lo largo y ancho del estado Trujillo, un estado donde a diario te dan vacunas que matan.

Conozca las  razones por la que usted puede ser víctima de extorsión  en el territorio de paz y encanto:

Vehículos, una presa fácil

Todas las personas que poseen algún medio de transporte (motos, carros, autobuses) son las principales víctimas del cobro de vacunas. Las bandas utilizan calcomanías para diferenciar los vehículos que les pertenecen, a cambio de cobrar elevadas cuotas, estas ofrecen seguridad a los dueños. Para los demás extorsionadores está terminantemente prohibido tocar algún carro que posea este tipo de identificación.

Cortesía www.larepublica.pe

Viajar al exterior te hace víctima

Los trujillanos que viajan al exterior también pueden ser víctimas de extorsión. Al regresar con divisas las bandas comienzan con el cobro de vacunas; el dólar, en el mercado negro,  se ubica alrededor de Bs 29mil, un negocio jugoso para los extorsionadores.

Poseer negocios, el principal motivo

 Desde un puesto de empanadas callejero, hasta una venta de licor, todos deben cancelar puntual, mes tras mes, con la cuota de la vacuna. En el estado se han registrado asesinatos donde el principal móvil es la negación a pagar.
Cortesía www.radioprogesro.com


Pintar tu casa, una nueva modalidad

Algo tan simple y común como pintar las casas se ha convertido en blanco fácil para las bandas de extorsión, pues con la situación económica que atraviesa Venezuela, pintar la fachada de los hogares trujillanos es sinónimo de que la familia que lo haga, tiene dinero.

La extorsión es uno de los males que la policía venezolana no ha podido combatir, muchos de los que dicen “resguardar nuestra seguridad” pertenecen a estas bandas, incluso, personas que ocupan cargos dentro de organismos públicos  hacen de las suyas con el cobro de vacunas.


Mientras tanto, el trujillano es amenazado, torturado, y se ve en la triste obligación de vender su carro, cerrar su negocio, dejar de pintar su casa, para no convertirse en una simple estadística que muere en manos del hampa, en la tierra de paz y encanto, santos y sabios, donde ser rico… es malo.

Cortesía www.elblogdemontaner.com