(Fotografía Andrews Abreu) |
Te escribo a
ti mujer que por la curiosidad de Eva debiste sufrir por lo menos una vez los
terribles dolores de parto que te hacen mártir silenciosa que aún respira.
Te levantas
quizás añorando un pasado donde “éramos felices y no lo sabíamos” Sólo tú
puedes dar certeza de esa frase que escuchamos a diario ya que has vivido la
magia gringa y la odisea rusa.
Vas de
establecimiento en establecimiento buscando la comida para dar de comer a los
tuyos. El sol no tiene compasión con tu piel que esconde milenarios secretos.
Te la tuesta y la corrompe quizás para recordarte de que polvo eres y al mismo
volverás.
Has
aprendido como una espía de la KGB o la CIA cómo llegar al lugar exacto y
conseguir la harina para las arepas de la cena.
Como una
gacela corres al ver leche en polvo, esa que dará energía a los que alargaran
tu descendencia. Te transformas en hiena hambrienta cuando queda un solo rollo
de papel higiénico… y aúllas como loba herida cuando al llegar tu turno la
comida se ha acabado.
Cortesía: www.somosnoticias.com.ve |
¿Qué has
hecho mujer para merecer esto? ¿Qué crimen cometiste para ser condenada de esta
manera?
Culpa e
inocencia cubren tu cansado cuerpo por cuestiones ideológicas que llegaron a tu
vida por casualidad. Los problemas de
Lincoln y Lenin llegaron a la tierra que Bolívar con determinación independizó,
para que tú mujer fueras libre de ataduras… ataduras que aparecen en otra
forma, en otros tiempos, con una escenografía distinta.
Tu creatividad
va en aumento mujer. Son los fantasmas que deambulan por los anaqueles vacíos
los que te animan a crear comidas sencillas llenas de cariño.
Ya no puedes
decidir si una marca es mejor que otra, ya no puedes comprar el producto que
por una salvaje campaña publicitaria querías tener. Te debes conformar con
migajas que llegan de distintas partes del mundo, de aquellos lugares que
entregan las sobras por unas cuantas gotas de ese oro negro que prometía darte
tranquilidad y progreso, y que ahora te encadena a una vida de opresión
silenciosa.
¿Quién tiene
entonces la culpa de lo que está ocurriendo? ¿El Socialismo o el Capitalismo?
No me respondas, que a fin de cuentas sé que no quieres contestar. Para ti eso
pasa a segundo plano. Si una de las dos corrientes no te obliga a hacer colas
tan largas y la comida se sirve sin espacios en tu mesa.
Luego de ir
de lugar en lugar, llegas a tu casa a lavar la ropa sucia de tus hijos
¿Conseguiste detergente? Si agachas la cabeza y no lo conseguiste cambiemos de
tarea doméstica… cuéntame de tus hijos.
Tienes miedo
por las amistades de que tiene tu hijo, sientes terror cuando sale de parranda
con sus compañeros de tragos. Mujer, tu preocupación es compartida. No quieres
que tu hijo sea sepultado en una estadística oscura que ubican a esta tierra
del “Arauca vibrador” como la más peligrosa del planeta.
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Quieres que
tu hijo se gradúe y sea un profesional. Deseas que sea mejor que tú en el campo
laboral. No te quiero desilusionar pero ¿De qué vale que se gradúe si un título
universitario vale lo mismo que un chicle de menta?
¡No te
sulfures! La verdad es dura, lo sé, quizás tenga el valor que tuvo veinte año
atrás.
Propones un
descanso familiar, viajar por el país, o fuera de éste. Dejar atrás tanto
estrés, y cansancio por un fin de semana en una de las playas más bellas del
continente, quizás irte a las nieves perpetuas que se esconden en esta tierra o
conocer ese misterioso territorio donde el agua cae a chorros del cielo, ese
que llaman Salto Ángel.
¿Qué con qué
dinero? ¡Calma mujer! Yo sé que vacacionar es cosa del pasado, pero algunas
familias aún se dan el gusto de viajar. Paga un paquete vacacional por un año,
pide prestado, que como dicen por estos lares “de algún culo sale sangre”.
Dile a tu esposo
que deje de ahorrar, en este país la moneda vale menos que las palabras de
nuestro señor Presidente. Busca una forma distinta de hacer negocios, recuerda
que en tiempos de crisis se dan las condiciones para evolucionar.
Y me despido
de ti pidiéndote encarecidamente que no dejes de sonreír. Eres luz que irradia
alegría en tiempos de crisis, es tu vientre el que regala futuro y es tu mirada
la que nos lleva un horizonte no tan
lejano donde las cosas no son perfectas, pero las cosas se encuentran.
No todo
puede ser color de rosa, lo sabes tú que siendo creadora de vida te relegaron a
costilla de Adán.
No olvides
que al amanecer el sol no tendrá compasión con tu piel que esconde milenarios
secretos.