viernes, 16 de marzo de 2018

Venezuela, el país de los platos vacíos

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Melanie Calistri/ ECS

La calidad de vida del venezolano ha menguado gracias a la inflación, esto genera la pérdida del poder adquisitivo, aumento de los índices de desempleo y escasez, que azotan diariamente al pueblo y traen consigo el olvidado fantasma del hambre.

 El último dato con respecto a la inflación aportado por el Banco Central de Venezuela (BCV) fue en  el año 2015  de 180,9% pero esto no significa que no aumentara tangiblemente en el trascurso de los últimos tres años.

 El Fondo Monetario Internacional (FMI) pronosticó que la inflación seguirá en ascenso y prevé que se ubique hasta un 2.000% en el 2018.

Jessica Grisanti economista venezolana acotó en el proyecto  del 2015 “Fortaleciendo el Diálogo Democrático a través del Análisis Legislativo y Económico en Venezuela”  que los controles  solo generan escasez, pero las trabas siguen y las restricciones, subsidios, precios justos, entre otros, no dan su brazo a torcer.

Cada día menos que comer

Imagen referencial/ Crónica Uno

La ingesta de alimentos en Venezuela se ha disminuido considerablemente desde el año 2013.

Según los últimos datos aportados por la Encuesta de Seguimiento al Consumo de Alimentos (ESCA) y del Instituto Nacional de Estadística (INE) se registró que en comparación con el año  2012,  las familias disminuyeron la ingesta en 55 de los 62 productos del informe en el 2013.

Entre los allí mencionados destacaban:

Harina de maíz 16,5%
Arroz 10,5%
Pollo 7,4%
Leche en polvo 7,5%
Carne de res 7,3%
Pasta 7,7%

Según el segundo objetivo propuesto por el programa de las Naciones Unidas para el desarrollo (UNDP) “Los Objetivos de Desarrollo Sostenible buscan terminar con todas las formas de hambre y desnutrición para 2030 y velar por el acceso de todas las personas, en especial los niños, a una alimentación suficiente y nutritiva durante todo el año”.

La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) felicitó el 12 de junio del 2013 a 38 países, latinoamericanos y africanos en su mayoría, por haber logrado, con dos años de antelación, los objetivos del "Reto del Hambre Cero".
El portal de noticias EFE compartió los objetivos planteados, en los que se encontraban: 

1.     Pleno acceso a una alimentación adecuada.
2.     Evitar el retraso del crecimiento de los niños.
3.     Asegurar la sostenibilidad del sistema alimentario.
4.     Lograr el incremento en la productividad o evitar el desperdicio de alimentos.

En su momento tales méritos avivaron quejas y desacuerdos por parte de los expertos en salud, además de pronunciamientos por parte de la oposición venezolana, ya que el país se encontraba entre los galardonados.

En la actualidad el venezolano de calle es el que batalla por llevar comida a la mesa de su hogar, según el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM)  se necesitará alrededor de un salario mínimo diario para la adquisición de la cesta básica.
A diario incrementa el costo de la canasta básica, aunado a ello la devaluación de la moneda en comparación a la economía extranjera, el problema con la adquisición de insumos para la producción gracias a los controles de divisas, tasas de cambio y políticas en contra de la importación y exportación de bienes, hacen lejana la posibilidad de  la estabilidad monetaria del venezolano; no obstante, de tomarse las medidas pertinentes podría vislumbrarse un punto de retorno.