sábado, 12 de agosto de 2017

Monseñor Vicente Valera, un Sacerdote al servicio de los trujillanos

La Gobernadora del estado Trujillo, Dora Maldonado de Falcón y Mons. Vicente Valera Márquez
(Foto Cortesía: Archivo personal de Jorge Briceño Carmona)


Nacido a muy pocos metros de la Catedral de Trujillo, el Padre Valera desde muy niño mostró su afán por servir a la trujillanidad a través de la fe.

Fue el 10 de mayo de 1904 cuando doña Dominga Márquez de Valera, su madre, le diera a luz en la ciudad del Valle de los Mukas, en una casa ubicada en la calle Colón, a pocos metros de la capitalina Iglesia Matriz, donde cinco meses más tarde sería bautizado por Monseñor Etanislao Carrillo, quien luego sería su mentor.

Su padre, don Ramón Valera junto con su madre le inculcarían los primeros valores, entre ellos el de la fe y la caridad.

El niño Vicente vive Su infancia entre la sencillez de su hogar y la escuela, dirigida por las maestras Carmelita Hurtado Prato e Isolina Parilli de Almarza. Más tarde sería alumno del Colegio Federal de Varones de Trujillo, hoy Liceo “Cristobal Mendoza”, donde en 1924 egresaría con excelentes calificaciones.

Hasta 1929 estudia en los seminarios de Mérida y Caracas. Luego viaja a Europa donde realiza los estudios de teología, además, cursa estudios de letras en la Universidad Menéndez y Pelayo de España.

A principios de 1929 es ordenado como Sacerdote y comienza una larga y brillante travesía en su deber sacerdotal y de activista social. El 19 de mayo de 1929, canta su primera Misa en la Catedral de Trujillo. Desde el oficio de su primera misa comienza el largo camino como párroco de la parroquia “Nuestra Señora del Carmen” en Boconó, de San Miguel y de Santa Ana.  

El Padre Valera en la Plaza de San Pedro
en la Ciudad del Vaticano
(Foto Cortesía: Archivo personal de Jorge Briceño Carmona)
Pero fue en su paso por su Trujillo natal donde su servicio a la ciudadanía sería más profundo. En 1952, luego de haber prestado sus servicios como vicario parroquial de la Iglesia Matriz, el Padre Valera es nombrado Párroco de la Iglesia “Nuestra Señora de Chiquinquirá”, allí pasaría el resto de su vida, sirviendo a los vecinos de “La Calle Arriba”.

Las obras más importantes que realizó en esta parroquia fueron la construcción de la  Torre del reloj, la instalación de éste con el campanil en 1954 y la construcción del actual templo en 1959.

Su vocación al servicio de los demás lo llevó a ejercer la docencia, fue profesor en el Liceo Dalla Costa de Boconó, en el Cristóbal Mendoza de Trujillo y en el Colegio Santa Ana, también de la ciudad capital y luchó junto a un grupo de trujillanos por la consolidación del Núcleo Universitario "Rafael Rangel" en Trujillo. 


En el marco de los festejos por sus 50 años de vida sacerdotal en 1979, el Papa Juan Pablo II lo nombró Prelado de Honor de Su Santidad, alcanzando el título de Monseñor.

En los últimos años de su vida impartía clases de catecismo en los grupos escolares “Estado Carabobo”, “Rosario Carrillo Heredia” y en los Núcleos Escolares Rurales de Sabaneta, Montero y La Macarena de Trujillo.

Falleció en la ciudad de Trujillo el 8 de agosto de 1990 y sus restos están sepultados en la Iglesia Chiquinquirá de Trujillo.