La Gobernadora del estado Trujillo, Dora Maldonado de Falcón y Mons. Vicente Valera Márquez (Foto Cortesía: Archivo personal de Jorge Briceño Carmona) |
Nacido a muy pocos
metros de la Catedral de Trujillo, el Padre Valera desde muy niño mostró su
afán por servir a la trujillanidad a través de la fe.
Fue el 10 de
mayo de 1904 cuando doña Dominga Márquez de Valera, su madre, le diera a luz en
la ciudad del Valle de los Mukas, en una casa ubicada en la calle Colón, a pocos metros de la capitalina Iglesia Matriz,
donde cinco meses más tarde sería bautizado por Monseñor Etanislao Carrillo,
quien luego sería su mentor.
Su padre, don
Ramón Valera junto con su madre le inculcarían los primeros valores, entre
ellos el de la fe y la caridad.
El niño Vicente
vive Su infancia entre la sencillez de su hogar y la escuela, dirigida por las maestras
Carmelita Hurtado Prato e Isolina Parilli de Almarza. Más tarde sería alumno del
Colegio Federal de Varones de Trujillo, hoy Liceo “Cristobal Mendoza”, donde en
1924 egresaría con excelentes calificaciones.
Hasta 1929
estudia en los seminarios de Mérida y Caracas. Luego viaja a Europa donde realiza
los estudios de teología, además, cursa estudios de letras en la Universidad
Menéndez y Pelayo de España.
A principios
de 1929 es ordenado como Sacerdote y comienza una larga y brillante travesía en
su deber sacerdotal y de activista social. El 19 de mayo de 1929, canta su
primera Misa en la Catedral de Trujillo. Desde el oficio de su primera misa
comienza el largo camino como párroco de la parroquia “Nuestra Señora del
Carmen” en Boconó, de San Miguel y de Santa Ana.
El Padre Valera en la Plaza de San Pedro en la Ciudad del Vaticano (Foto Cortesía: Archivo personal de Jorge Briceño Carmona) |
Pero fue en
su paso por su Trujillo natal donde su servicio a la ciudadanía sería más
profundo. En 1952, luego de haber prestado sus servicios como vicario parroquial
de la Iglesia Matriz, el Padre Valera es nombrado Párroco de la Iglesia “Nuestra Señora de
Chiquinquirá”, allí pasaría el resto de su vida, sirviendo a los vecinos de “La
Calle Arriba”.
Las obras
más importantes que realizó en esta parroquia fueron la construcción de la Torre del reloj, la instalación de éste con el campanil en 1954 y la construcción
del actual templo en 1959.
Su vocación al
servicio de los demás lo llevó a ejercer la docencia, fue profesor en el
Liceo Dalla Costa de Boconó, en el Cristóbal Mendoza de Trujillo y en el
Colegio Santa Ana, también de la ciudad capital y luchó junto a un grupo de
trujillanos por la consolidación del Núcleo Universitario "Rafael Rangel" en
Trujillo.
En el marco de los
festejos por sus 50 años de vida sacerdotal en 1979, el Papa Juan Pablo II lo
nombró Prelado de Honor de Su Santidad, alcanzando el título de Monseñor.
En los últimos
años de su vida impartía clases de catecismo en los grupos escolares “Estado
Carabobo”, “Rosario Carrillo Heredia” y en los Núcleos Escolares Rurales de
Sabaneta, Montero y La Macarena de Trujillo.
Falleció en la ciudad de Trujillo el 8 de agosto de 1990 y sus restos están sepultados en la Iglesia Chiquinquirá de Trujillo.