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Las abuelas de la región andina siempre se han diferenciado de las del resto del país. Su amabilidad, tranquilidad y mirada cargada de ternura, son algunas de las características que describen a las matronas trujillanas.
Pero sus costumbres las
hacen más especiales aún, y es que en cada casa que visites siempre recibirás
un “Dios me lo tenga alentado” o encontrarás una repisa repleta de santos.
Compartimos contigo
aquellas tradiciones de nuestras abuelas trujillanas, que perduran en el tiempo
y que han pasado de generación en generación.
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Las abuelas trujillanas son
reconocidas por ser “la mejores cocineras del mundo” la chicha andina o una
torta de auyama saben mejor si las prepara la matrona de la casa.
Sin embargo, el horno
tiene un uso extra que caracteriza a los hogares andinos, las abuelas guardan
en él desde ollas hasta sartenes y cada vez que algún hijo o nieto lo utiliza,
debe colocar otra vez todo en su lugar.
Y al final del día siempre
te preguntas ¿Cómo hacen para que todo les quepa en ese horno tan pequeño?
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Un frasco de vidrio con tapa azul es el
recipiente ideal para echar el picante trujillano.
No hay mejor envase que ese, el cual
sirve para concentrar los sabores del suero y el chirere, una mezcla que a más
de uno pone a sudar.
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“Las arepas de mi abuela son las mejores” afirman los nietos orgullosos de aquella creación gastronómica que en manos de la matrona de la casa, quedan aún mejor.
Y es que para lograr este resultado, las
abuelas necesitan de sus instrumentos, entre ellos la parrilla, realizada
artesanalmente con un pote de leche cortado a la mitad y alambre, sin este utensilio
las arepas no saben igual.
No importa si están en la casa o en la
calle, para las abuelas trujillanas no hay mejor caja fuerte que los sostenes
que cargan puestos.
Ese es el mejor escondite , y más de
un nieto ha visto como de ese lugar sacan varios billetes (incluso hasta la
cédula).
Hacen almohadas y sábanas con retazos de ropa
Nuestras abuelas no desperdician nada, ellas se encargan de darle un nuevo uso a las cosas que para los demás no sirven, en cada hogar hay una almohada rellena con retazos de ropa vieja, además que también se encargan de hacer sábanas con esos pedazos de tela que ya no se utilizan en las casas.
¿Qué otra tradición recuerdas de tu abuela?
Hacen almohadas y sábanas con retazos de ropa
Imagen Fempatagonia |
Nuestras abuelas no desperdician nada, ellas se encargan de darle un nuevo uso a las cosas que para los demás no sirven, en cada hogar hay una almohada rellena con retazos de ropa vieja, además que también se encargan de hacer sábanas con esos pedazos de tela que ya no se utilizan en las casas.
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