![]() |
Añadir leyenda |
En una población tan moral y religiosa como lo es la trujillana, los
homosexuales deben sobreponerse a episodios de homofobia en la región. El
activista Alexander Lucena afirma que la situación para la comunidad LGBT no es
muy abierta, sin embargo asegura que se están dando pasos para aumentar el
respeto y la tolerancia.
Juan* caminaba en la madrugada por su pueblo
ubicado en la zona baja luego de compartir tragos con varios amigos. Cerca de
su hogar queda un licorería, un carro encendido con varios hombres en estado de
ebriedad le hicieron activar sus alarmas al no conocer a ninguno. Casi llegando
a su casa notó que el carro aceleró y sin poder hacer nada tuvo a los hombres lanzándole
insultos mientras él cabizbajo guardaba silencio.
“Vamos a matarlo, este es marico”
dijo uno de los hombres. El que estaba atrás al observarlo bien, pidió que lo
dejaran quieto que él conocía al papá, finalmente aceleraron. “No te imaginas
la sensación tan horrible que se siente saber que te van a matar sólo por ser
distinto” se lamentó Juan.
La homofobia en el estado Trujillo
es un tema que no pasa desapercibido para la comunidad Lgbti. Son muchos los
casos como los de Juan que quedan en el olvido por miedo a represalias y por un
sistema judicial débil que en los andes venezolanos pareciera no amparar casos
de este tipo.
Desde expulsiones de sitios
públicos, profesores hostigadores, niños que desprecian por ser distintos,
incluso golpes y amenazas de muerte, son parte de los ataques que reciben los
homosexuales en Trujillo bajo la burla que acepta de manera tácita este tipo de
acciones.
“Me rechazaban en la escuela porque no me gustaba ensuciarme”
![]() |
Referencia |
Iván* describe que la primera vez que conoció la homofobia fue cuando era un niño. “No me gustaba ensuciarme o sudarme y pues eso llamaba la atención de los demás y me excluían de muchas cosas” dijo.
Otro caso es el de Alejandro,
quien vivió su niñez en los páramos trujillanos. Recuerda que era rechazado por
sus gestos o manera de actuar “Lo más triste para uno cuando es pequeño es que
no sabes por qué eres rechazado, tú sientes que no hiciste nada mal, al final
te toca cargar con eso” dijo.
La psicóloga Yalexis Mendoza
asegura que “los niños no nacen racistas, xenofóbicos u homofóbicos. Son los
adultos quienes proyectan en sus hijos, temores e inseguridades que se ven
reflejadas en sus pensamientos y comportamientos, considero que mientras los
padres se eduquen asertivamente en lo q respecta a cambios sociales va a
disminuir en cantidad las falsas creencias de los niños y futuros adultos hacia
la diversidad”.
El “fresita” y el silencio de las monjas
![]() |
Referencia |
Aníbal es en la actualidad un reconocido diseñador gráfico y maquillador. Recuerda que en cuando estudiaba en el liceo un profesor de matemática hizo que viviera un año de pesadillas.
“En bachillerato tuve q soportar
un profesor que hizo la matemática insoportable para mí. Llamándome
"fresita" para la burla ante mis compañeros y las autoridades del
plantel, siendo monjas, nunca se preocuparon en hacer nada al
respecto a pesar de mis quejas”.
Santiago quien nació mujer, vivió
una etapa parecida en un colegio religioso en Trujillo capital.
“Trujillo y otros territorios de
los andes son conocidos por su formación estricta al asumir el rol que biológicamente
le corresponde desde la infancia a cada persona, es por ello que cualquier
orientación sexual que no es la correspondida, genera cierto malestar ya que es
más difícil el proceso de aceptación” dice la psicóloga Mendoza.
Alexander Lucena: “La falta de conocimientos es la raíz de la homofobia
en la sociedad trujillana”
Para el coordinador de Venezuela
Igualitaria en el estado Trujillo, Alexander Lucena, se han dado pasos para
llevar el tema de diversidad de género y diversidad sexual a los liceos del
estado, algo que considera es un gran paso.
“Personalmente he dado charlas en
estos lugares y la receptividad de las nuevas generaciones es sorprendente. Sin
embargo hay mucha desinformación sobre temas específicos, muchos no saben la
simple diferencia entre el sexo y el género o entre la identidad sexual y la
orientación sexual, son temas que todas las personas deben conocer, sean o no Lgbt.
La falta de conocimientos es la raíz de la homofobia en la sociedad trujillana”
dijo.
Asimismo ve con preocupación la
aceptación en el núcleo familiar por parte del padre y de la madre. “Paradójicamente
en las familias las agresiones verbales
por parte de padres y madres incluyendo la amenaza de dejarlos en la
calle es un problema común entre los jóvenes que se acercan a las charlas”
acota.
Lucena asegura que ante el rechazo
que pueden recibir los homosexuales de sus padres y madres, otras figuras como
tíos, primos o abuelos suelen brindar apoyo. Indicó que son muchas las familias
que son positivas ante el tema. “Como ya sabemos en Trujilo la mujer es la
cabeza de familia y lamentablemente el machismo le roba a muchos hombres la
oportunidad de llevar una buena relación con sus hijos o hijas Lbgt”.
Orlando: “Mi papá me lanzó el escaparate mientras dormía”
Orlando* dijo a sus padres que era
gay una tarde, su padre se fue del hogar ese día mientras su madre se
preguntaba qué había hecho mal en su crianza. “Mientras dormía sentí un golpe y
un dolor que me quitaron la respiración, sentí que se me había caído el techo
encima” dijo quien actualmente es un reconocido estilista en Trujillo.
La escena se fue repitiendo cada
vez que su padre llegaba borracho. “Era la mesa de noche, un cepillo, lo que
encontrara me lo lanzaba” revela Orlando. Hoy ya hace 20 años de aquellas
terribles escenas. “La relación con mi padre al día de hoy es muy positiva, es
mi amigo y confidente en ocasiones” asegura.
La psicóloga Mendoza nos habla del
proceso de duelo en los padres al enterarse de la situación de sus hijos. “Mientras
mayor nivel de instrucción o globalización cultural tengan los padres, son más
propensos a aceptar la homosexualidad de sus hijos, sin embargo es un proceso
de transición que va desde la negación a la aceptación, tal cual como se vive
un duelo”.
Del “Se me va de la casa” hasta el “vaya rece el Rosario”
Arnoldo recuerda un episodio
mientras comenzaba a estudiar en la universidad. “Fuimos a la casa de una amiga
y su papá al llegar me vio, ni saludó y de inmediato se fue. Supe de inmediato
lo que pasaba aunque mi amiga se negaba. Al final el señor no aguantó la
presión”. Arnoldo recuerda que el señor le dijo “Se me va de la casa, aquí no
aceptamos gente así”, tomé mis cosas y me fui de inmediato.
Rafael por su parte recogía firmas
en Valera para la aprobación del matrimonio igualitario cuando una señora lo
enfrentó y le exigió que fuera a rezar el rosario. “Otro señor al ver lo que
hacía se me vino encima a golpearme, si no es por mis compañeros me golpea en
la cara” recuerda entre risas.
El encargado de Venezuela
Igualitaria en Trujillo sostiene que es una lucha ideológica el tema del
respeto a los homosexuales. “La verdadera lucha es ideológica se necesita
convencer cada vez a más personas que la homofobia es odio, causa muertes, destruye familias, es el
verdadero enemigo de todo esto”.
El papel de las autoridades y la sociedad
Ninguno de los entrevistados dijo
sentir apoyo de los organismos competentes. Incluso Juan quien recibió amenazas
de muerte aquella madrugada confía en los uniformados. “Son los primeros que te
ofenden en la calle” denuncia.
Alexander Lucena considera que no
todo está perdido. “Los organismos están en capacidad de dar respuesta, las
leyes son claras ante la discriminación, acoso o agresión por cualquier causa
incluyendo la homofobia. Pero realmente de lo que depende esta respuesta es de las
personas que laboran allí”.
Por su parte la psicóloga Yalexis
Mendoza coloca a la homofobia como un grave peligro para la sociedad “debido a
que en la medida en la que no se tolere
la diversidad de género habrá más personas dispuestas a realizar actos de
violencia y acoso. Estas personas se encuentran lidiando a su vez con creencias
familiares y sociales por las cuales conducen su vida, creyendo en una rectitud
casi obsesiva que no les permite aceptar la evolución social”.
Nota: Juan* Ivan* y Orlando* no son sus nombres reales.