viernes, 12 de mayo de 2017

Les voy a contar la verdadera historia de Trujillo Digital


La vida social fue desapareciendo, y cada vez que tenía oportunidad de salir con mis amigos notaba en ellos la curiosidad por un sitio llamado Trujillo Digital, de amigos pasó a compañeros de clases, a estudiantes de la universidad, a gente en la busetas, a personalidades y gente que nunca imaginamos que llegarían a leernos, y pensar que todo empezó con una computadora prestada.


Les voy a contar la verdadera historia de Trujillo Digital.

Un 12 de mayo de 2015 se activaron las Redes Sociales del proyecto de clases. Estábamos sentados Robert, Anayli, Daniela y yo en un salón de clases colmado de computadoras obsoletas que eran para los estudiantes de Comunicación Social un templo de modernidad, aunque el internet jugara en contra de nosotros.

Al frente de nosotros, la profesora Ariana Briceño daba las indicaciones sobre el proyecto. Publicar noticias relevantes, mantener el blog actualizado y demostrar que éramos capaz de escribir para la web. Para nosotros no parecía difícil seguir sus lineamientos, pero yo sentía que esto podía ir más allá, era un pálpito en mi corazón, no quise decir nada para no recibir burlas de mis amigos, sólo guardé silencio mientras elegíamos el nombre del proyecto.

Y mientras un grupo quería mostrar la parte cultural de Trujillo, otro temas de interés económicos, los sucesos que día a día ocurren en la región y datos deportivos, nosotros apostamos por arropar a todos y crear un sitio de temática general.

“Trujillo Digital” fue el nombre que adoptamos. La clase terminó y cada quien siguió su camino.

Mientras conversaba con mis compañeros sobre la situación del país, un chiste se colaba entre nosotros, pero en mi mente sólo tenía mente para planear cómo sería el sitio, qué tan grande sería y cómo lograríamos atraer visitantes. Trujillo Digital tiene que ser grande, pensé.

Como no tenía computadora en ese 2015, pedí una prestada, esa noche comencé a probar, a cambiar, editar, revisar, acomodar, a formar la figura en plastilina de un proyecto del que yo estaba seguro podría lograr un espacio en los trujillanos.

Fueron noches que se convirtieron en madrugadas, el insomnio se convirtió en mi aliado, detalle a detalle iba arreglando hasta lo más mínimo. En las mañanas escuchar clases se convertían en una tortura, el sueño me dominaba, me atrapaba, llegaba a la casa y no tenía otra cosa en mi cabeza que Trujillo Digital, el blog que sólo había recibido las visitas de nosotros mismos, un sitio desconocido al que obligaba a mis amigos visitar porque eran mis amigos.

Angélica y Daniela me ayudaban con algunos trabajos y apuntes pendientes, sinceramente no tenía tiempo para eso.

Un artículo tras otro no funcionaban, pero eso nunca nos desanimó, al final era un proyecto de una materia ¿Qué íbamos a perder si no teníamos nada que perder?

Los visitantes tímidamente fueron llegando, los artículos fueron compartiéndose cada vez más, las Redes Sociales se fueron llenando de visitantes y seguidores, y ahí seguía el proyecto subiendo poco a poco sin saber que podía ocurrir.

Pero yo estaba seguro que Trujillo Digital podía llegar a ser más. Y resulta difícil pensarlo en los inicios, pero en la mente del soñador no hay límites, el límite es el cielo.

La vida social fue desapareciendo, y cada vez que tenía oportunidad de salir con mis amigos notaba en ellos la curiosidad por un sitio llamado Trujillo Digital, de amigos pasó a compañeros de clases, a estudiantes de la universidad, a gente en la busetas, a personalidades y gente que nunca imaginamos que llegarían a leernos, y pensar que todo empezó con una computadora prestada.

Los altibajos siempre han estado y siguen siendo protagonista en ocasiones, pero intentamos de ellos aprender.

De mi equipo puedo decir que son unos valientes, sin recursos, sin apoyo financiero, sin equipos, sólo con nuestro ingenio y nuestras ganas de seguir adelante hemos construido una marca que cada día se gana un espacio en los trujillanos.

Dos años se cuentan fácil, pero no lo son, son 730 días despertando con la idea de que “hay que escribir” de que “las Redes Sociales deben funcionar”, sólo nos mueve la esperanza de ser nuestros propios jefes como una vez nos decía Teresita Jiménez en un salón de clases, cansada quizás de que el periodista sólo fuera empleado y no apostara a nada más.

No juzgo eso, decir que emprender un proyecto es fácil es un chiste mal contado, pero queda una satisfacción generalizada que contagia, que anima y motiva.

Los demonios al oído quieren que nos marchemos del país, leía que una frase de un autor anónimo, “Ser joven es Venezuela es algo muy difícil”. Quieren que dejemos esto a un lado, que emprendamos otro rumbo, que todo termine, es mejor no escucharlos en tiempos de altibajos emocionales porque siempre van a estar.

Al ver a los chicos de Lara Digital, de Zulia Digital, que poco a poco van comenzando el camino recuerdo aquellos días donde aspiraba tener por lo menos mil visitas mensuales, mil seguidores en Facebook, o dos mil en Instagram.

Hoy somos una familia de 180 mil lectores para abril y que sigue en subida desde que comenzamos. Una red de más 50 mil seguidores repartidos en nuestras tres redes sociales que día a día se suman.

Tenemos muchos errores que corregir, pero tenemos también muchas ganas de seguir apostando por Trujillo, por esta tierra, de la que yo quería hace dos años partir porque estaba seguro que era “monte y culebra”.

El proyecto que tanto me desveló me dio la mayor bofetada, hizo que me enamorara perdidamente de Trujillo, de su historia, personajes, cultura, gente, de todo.

Es muy temprano para decir que este proyecto se posicionará, pero no lo es para asegurar que pase lo que pase Trujillo Digital quedará en el recuerdo de una generación que se enamoró también del lugar donde nació.

Cada vez que visiten la página o comenten una imagen, nunca olviden que luego de terminar el trabajo, de terminar el horario de clases, encerrados en una computadora nos encontramos un grupo de jóvenes que hasta altas horas de la noche trabajamos sin descanso para hacer vivo nuestro lema de que Trujillo, también es noticia.

Celebramos este nuevo aniversario con mucho optimismo, intentando llegar a todos los sectores de Trujillo, no descansamos porque nuestro objetivo va más allá. Nuestro único temor es que la llama de la esperanza termine apagada por esta difícil situación que todos vivimos y llega a plantearnos si nos vamos o nos quedamos.

Pero por ahora nuestro objetivo es el mismo, seguir creciendo para llenar de orgullo cada hogar trujillano que nos recibe a través de un teléfono móvil o una computadora.

PD: Gracias a Wilder por tenerme tanta paciencia.