La vida social fue desapareciendo, y cada vez que tenía oportunidad de salir con mis amigos notaba en ellos la curiosidad por un sitio llamado Trujillo Digital, de amigos pasó a compañeros de clases, a estudiantes de la universidad, a gente en la busetas, a personalidades y gente que nunca imaginamos que llegarían a leernos, y pensar que todo empezó con una computadora prestada.
Les voy a
contar la verdadera historia de Trujillo Digital.
Un 12 de
mayo de 2015 se activaron las Redes Sociales del proyecto de clases. Estábamos
sentados Robert, Anayli, Daniela y yo en un salón de clases colmado de
computadoras obsoletas que eran para los estudiantes de Comunicación Social un
templo de modernidad, aunque el internet jugara en contra de nosotros.
Al frente de
nosotros, la profesora Ariana Briceño daba las indicaciones sobre el proyecto.
Publicar noticias relevantes, mantener el blog actualizado y demostrar que
éramos capaz de escribir para la web. Para nosotros no parecía difícil seguir
sus lineamientos, pero yo sentía que esto podía ir más allá, era un pálpito en
mi corazón, no quise decir nada para no recibir burlas de mis amigos, sólo
guardé silencio mientras elegíamos el nombre del proyecto.
Y mientras
un grupo quería mostrar la parte cultural de Trujillo, otro temas de interés
económicos, los sucesos que día a día ocurren en la región y datos deportivos, nosotros
apostamos por arropar a todos y crear un sitio de temática general.
“Trujillo
Digital” fue el nombre que adoptamos. La clase terminó y cada quien siguió su
camino.
Mientras
conversaba con mis compañeros sobre la situación del país, un chiste se colaba entre
nosotros, pero en mi mente sólo tenía mente para planear cómo sería el sitio,
qué tan grande sería y cómo lograríamos atraer visitantes. Trujillo Digital
tiene que ser grande, pensé.
Como no
tenía computadora en ese 2015, pedí una prestada, esa noche comencé a probar, a
cambiar, editar, revisar, acomodar, a formar la figura en plastilina de un
proyecto del que yo estaba seguro podría lograr un espacio en los trujillanos.
Fueron
noches que se convirtieron en madrugadas, el insomnio se convirtió en mi aliado,
detalle a detalle iba arreglando hasta lo más mínimo. En las mañanas escuchar
clases se convertían en una tortura, el sueño me dominaba, me atrapaba, llegaba
a la casa y no tenía otra cosa en mi cabeza que Trujillo Digital, el blog que
sólo había recibido las visitas de nosotros mismos, un sitio desconocido al que
obligaba a mis amigos visitar porque eran mis amigos.
Angélica y Daniela me ayudaban con algunos trabajos y apuntes pendientes, sinceramente no tenía tiempo para eso.
Angélica y Daniela me ayudaban con algunos trabajos y apuntes pendientes, sinceramente no tenía tiempo para eso.
Un artículo
tras otro no funcionaban, pero eso nunca nos desanimó, al final era un proyecto
de una materia ¿Qué íbamos a perder si no teníamos nada que perder?
Los
visitantes tímidamente fueron llegando, los artículos fueron compartiéndose
cada vez más, las Redes Sociales se fueron llenando de visitantes y seguidores,
y ahí seguía el proyecto subiendo poco a poco sin saber que podía ocurrir.
Pero yo
estaba seguro que Trujillo Digital podía llegar a ser más. Y resulta difícil
pensarlo en los inicios, pero en la mente del soñador no hay límites, el límite
es el cielo.
La vida
social fue desapareciendo, y cada vez que tenía oportunidad de salir con mis
amigos notaba en ellos la curiosidad por un sitio llamado Trujillo Digital, de
amigos pasó a compañeros de clases, a estudiantes de la universidad, a gente en
la busetas, a personalidades y gente que nunca imaginamos que llegarían a
leernos, y pensar que todo empezó con una computadora prestada.
Los
altibajos siempre han estado y siguen siendo protagonista en ocasiones, pero
intentamos de ellos aprender.
De mi equipo
puedo decir que son unos valientes, sin recursos, sin apoyo financiero, sin
equipos, sólo con nuestro ingenio y nuestras ganas de seguir adelante hemos
construido una marca que cada día se gana un espacio en los trujillanos.
Dos años se
cuentan fácil, pero no lo son, son 730 días despertando con la idea de que “hay
que escribir” de que “las Redes Sociales deben funcionar”, sólo nos mueve la
esperanza de ser nuestros propios jefes como una vez nos decía Teresita Jiménez
en un salón de clases, cansada quizás de que el periodista sólo fuera empleado
y no apostara a nada más.
No juzgo
eso, decir que emprender un proyecto es fácil es un chiste mal contado, pero
queda una satisfacción generalizada que contagia, que anima y motiva.
Los demonios
al oído quieren que nos marchemos del país, leía que una frase de un autor
anónimo, “Ser joven es Venezuela es algo muy difícil”. Quieren que dejemos esto
a un lado, que emprendamos otro rumbo, que todo termine, es mejor no escucharlos
en tiempos de altibajos emocionales porque siempre van a estar.
Al ver a los
chicos de Lara Digital, de Zulia Digital, que poco a poco van comenzando el
camino recuerdo aquellos días donde aspiraba tener por lo menos mil visitas
mensuales, mil seguidores en Facebook, o dos mil en Instagram.
Hoy somos
una familia de 180 mil lectores para abril y que sigue en subida desde que
comenzamos. Una red de más 50 mil seguidores repartidos en nuestras tres redes
sociales que día a día se suman.
Tenemos
muchos errores que corregir, pero tenemos también muchas ganas de seguir
apostando por Trujillo, por esta tierra, de la que yo quería hace dos años
partir porque estaba seguro que era “monte y culebra”.
El proyecto
que tanto me desveló me dio la mayor bofetada, hizo que me enamorara perdidamente
de Trujillo, de su historia, personajes, cultura, gente, de todo.
Es muy
temprano para decir que este proyecto se posicionará, pero no lo es para
asegurar que pase lo que pase Trujillo Digital quedará en el recuerdo de una
generación que se enamoró también del lugar donde nació.
Cada vez que
visiten la página o comenten una imagen, nunca olviden que luego de terminar el
trabajo, de terminar el horario de clases, encerrados en una computadora nos
encontramos un grupo de jóvenes que hasta altas horas de la noche trabajamos sin
descanso para hacer vivo nuestro lema de que Trujillo, también es noticia.
Celebramos
este nuevo aniversario con mucho optimismo, intentando llegar a todos los
sectores de Trujillo, no descansamos porque nuestro objetivo va más allá.
Nuestro único temor es que la llama de la esperanza termine apagada por esta
difícil situación que todos vivimos y llega a plantearnos si nos vamos o nos
quedamos.
Pero por
ahora nuestro objetivo es el mismo, seguir creciendo para llenar de orgullo
cada hogar trujillano que nos recibe a través de un teléfono móvil o una
computadora.
PD: Gracias a Wilder por tenerme tanta paciencia.
PD: Gracias a Wilder por tenerme tanta paciencia.