Las prendas que luce con cariño la imagen de la patrona de Trujillo, guardan un pasado histórico y la belleza de quien sólo puede poseerla. Muchas historias se tejen en torno a la mítica figura, quizás la más impactante es que los aretes fueron un regalo del mismo Simón Bolívar, el misterio aumenta al descubrir el lugar donde se encuentran custodiados.
La Virgen de la Paz aparte de poseer una colección de vestidos, coronas
para cada ocasión, entre otras distinciones tanto civiles como militares, lleva
también en cada fecha especial un set de joyas cargadas de historia y misticismo.
No se podría esperar menos de la patrona de todo Trujillo. El símbolo de
la paz en todo el país, quizás la representación simbólica del sentimiento que
todos desean y que encarna casi a la perfección el gentilicio de los
trujillanos.
La pluma
de plata
Es quizás el símbolo más representativo de la patrona de la región. La
pluma la acompaña en cada celebración especial y todos los días que posa en la
Catedral, su hogar.
Una fotografía de los años cincuenta avala la afirmación de que la
Virgen por mucho tiempo ha mantenido en sus manos el símbolo que la corona como
reina de la paz.
El cuidado está en manos de la Sociedad de la Virgen de la Paz.
El camafeo
Quince días antes del 24 de enero, el collar de piedras preciosas es
llevado a pulir para que luzca con brillo el día de la fiesta central.
Aunque no tuvimos acceso a la joya, Kelvin Araujo, quien por más de
cinco año viste la imagen nos cuenta que la piedra preciosa lleva también un
caracol.
La prenda de oro no fue hecha para la imagen, fue hecha para ser colgada
en el cuello de una mujer que luego fue donado a la patrona de la paz. El camafeo es de oro acompañado de piedras
preciosas.
Los
zarcillos
Un ángel es el protagonista de cada arete. Los zarcillos son quizás la
joya con mayor denominación histórica de todas.
Según Kelvin Araujo, los zarcillos fueron un regalo del Libertador Simón
Bolívar a la Virgen de la Paz en una de sus visitas a Trujillo. Según consta
en el cofre donde está guardado pertenecían a su madre doña Concepción Palacios.
Estos se encuentran fuertemente custodiados en la bóveda municipal de la
Alcaldía de Trujillo. Nuestro sitio web aún no ha podido verificar de manera
oficial este dato que de ser cierto sería muy relevante para la historia
regional y nacional.