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Cuando el papelito con el nombre escrito “Trujillanos F.C”
salió de aquella bolita del bombo 3 del sorteo de la Copa Bridgestone
Libertadores de América 2016, y lo metía en el Grupo 1 junto al Club Atlético
River Plate de Argentina, el famoso River, la directiva de los “Guerreros” se
frotó las manos.
Sabían los dirigentes del club trujillano lo que significaba
recibir en Valera al “Millonario”, como se le conoce a River en Argentina, y
así fue. River valerá.
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Más de 20.000 personas asistieron al primer partido, que
significaba el regreso después de 21
años de ausencia en la Copa Libertadores del “amarillo y marrón”, y el debut
del para entonces campeón de América, River Plate.
Trujillanos en todo el Clausura 2016 recibió a 11.977
aficionados al José Alberto Pérez de Valera, en 10 partidos, y se ubicó en el
puesto 14 de los equipos con mejor asistencia promediando 1.198 fanáticos por
encuentro.
¿Dónde se metieron todos esos 20.000 “fanáticos” de
Trujillanos?, que bien pudieron ser más, pero no se contó con un número oficial
debido al penoso episodio en que el cordón de seguridad se desbordó puesto que
se pretendía, como siempre, que la entrada a todos los sectores de la cancha se
hiciera por una sola vía.
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Hay quienes le atribuyen la baja concurrencia a los estadios
de la Primera División del Fútbol Venezolano en esta temporada a la situación
económica que vive el país.
Pero para recibir a las “Gallinas”, otro de los seudónimos de
River, a la directiva aurimarrón se le ocurrió la brillante idea de aumentar
las entradas un 1.100% como en el caso de la tribuna principal (de Bs. 1.250 a Bs.
15.000), o más del 600% la popular central (de Bs. 350 a Bs. 2.500), cuando el
salario mínimo para entonces era de Bs. 9.649.
Aún así, la gente fue. Y para llevar a la familia al estadio
había que ser, en el fondo, de los “Millonarios”.
Para el Torneo Clausura 2016, en contraparte, las entradas
volvieron a su precio corriente de Bs. 350 la más económica y Bs. 1.250 la más
cara. Mientras el salario mínimo aumentó a Bs. 22.576 pero no hubo un solo
partido con más de 2.000 personas. Entonces, no fue por la plata.
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El hincha trujillano no fue fanático de la instancia, porque
no fue una final, era la primera fase. No estaba montado en el bus de la
victoria porque apenas era el primer partido. Y no es un entusiasta de la Copa
Libertadores, porque los otros partidos con Sao Paulo y The Strongest fueron
apáticos.
Al parecer, hay más Gallinas que Guerreros en Valera. Trujillanos
decime ¿qué se siente?
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