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Trujillo se ha caracterizado
por ser un estado de “buenas costumbres”. Los mitos que presentaremos a
continuación, nacen con la necesidad de brindar reverencia a la semana en que murió el hijo de Dios. Quizás, estos cuentos fantásticos servían para preservar el respeto a la semana
mayor.
Si se bañan, se vuelven peces
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¿Ir al río o
la playa en Semana Santa? ¡No, qué va! En el Trujillo de inicios del siglo XX, esto era un pecado grave que era cobrado por Dios convirtiéndote en un ser del
mar.
Es curioso
pensar que a nuestros abuelos, sus padres les obligaban a bañarse el miércoles
santo y sólo podían asearse hasta el lunes siguiente a la resurrección del
hijo de Dios.La práctica
era muy común en los Andes venezolanos y se creía que quien no lo hiciera,
tendría su piel llena de escamas el
resto de su vida, tal cual como un pez.
El que come, carne se come a Cristo
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Para las
zonas que no tienen costas, Semana Santa es la temporada donde más se consume
pescado.
¿La razón?
La carne roja representa la crucifixión y aunque la iglesia
católica en reiteradas ocasiones ha dicho que no hay impedimento religioso para el
consumo de res en la semana mayor, los trujillanos guardaban mucho celo con
esta tradición.
Tanto celo,
que luego de cien años se sigue respetando (en medida) esta tradición ancestral.
Si silbas, te lleva el Silbón
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Si hay algo
que caracterizaba a los trujillanos, era la creencia en cuentos de camino.
Son
innumerables las leyendas que podemos encontrar a lo largo y ancho
de la tierra de santos y sabios. La historia del silbón es una de ellas, y
aunque este ser terrorífico no es de nuestro estado, nuestros tatarabuelos
pensaban que si silbabas o hacía un tipo de ruido parecido él llegaría desde
los Llanos.
No se sabría
a dónde te llevaría ni qué haría. Lo mejor que se podía hacer era mantener la
boca cerrada para mantener al señor que silba lejos de nosotros.
La leña se corta antes de Semana
Santa o si no…
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El hachero
llegaría a tu puerta, nada más espantoso que esto. Si cantabas o reías,
llorabas, no comías, e incluso si te portabas mal o te bañabas, el hachero
vendría por ti.
A ciencia
cierta no se sabe dónde comenzó la leyenda, pero en las zonas bajas de Trujillo era el ser más representativo de todos, uno que llenaba de miedo a todos los
niños.
Las creencias de los andinos es una forma de expresar la extensa y rica cultura que esconden las tierras de santos y sabios.
Las creencias de los andinos es una forma de expresar la extensa y rica cultura que esconden las tierras de santos y sabios.