Lo que muchos no sabían de la “Reina
de la salsa” Celia Cruz, aquella que endulzo con su popular “azúcar” la vida de
un sinfín generaciones. Es que en una de sus tantas visitas a Venezuela, la
cantante cubana aprovecho para llevarse
a un trujillano a vivir con ella, el cual la acompaño hasta el lecho de su
muerte hace 13 años.
Así lo afirmó Celia en una
entrevista en enero de 1995, ocho años antes de su muerte, en una conversación con
Ernesto McCausland en el aeropuerto de Barraquilla.
En esta entrevista, en la que hablo
sobre 3 aspectos importantes de su vida, menciono ser católica, por lo que
siempre tuvo presente a varios santos de su devoción, los cuales en forma de estatuillas
religiosas siempre la acompañaron en sus viajes y conciertos, así como en su
vida.
En este grupo de santos, que
conformaron su altar encabezado por la Caridad del Cobre, “la Reina de la salsa”
dio un lugar especial al trujillano José Gregorio Hernández, mejor conocido
como el medico de los pobres, quien es venerado por propios como extranjeros.
El doctor José Gregorio Hernández, fue
el trujillano que acompaño a la cantante en distintos episodios de su vida y
fue a quien especialmente se aferró en sus últimos meses de vida, tras su
enfermedad.