viernes, 12 de agosto de 2016

El II Encuentro de cronistas trujillanos

(Gregorio Riveros-Santos) Hay un concepto de crónica que nos viene de tiempos lejanos, más allá de la presencia de los españoles por estas tierras de América. Ese concepto nace con los griegos. El término crónica del latín “chronica”, tiene sus antecedentes etimológicos en el concepto griego “kronika biblios”. El término hace referencia a un relato que narra acontecimientos según su organización cronológica. Por eso, vemos que su esencia no ha variado, es un relato en relación al tiempo. Y así lo expresa la historiadora Diana Rengifo, y nos dice: “Para nosotros tiene especial importancia la labor del cronista, oficial u oficioso en nuestras localidades, porque es en los pueblos con sentido histórico donde se siente la necesidad de dar fe de sus acciones y del papel que han jugado en el devenir humano... es el trabajo del cronista —el de antes y el de ahora—, dejar  testimonio de su tiempo y de su entorno”.
La crónica ha sido importante en todas las épocas. Cristóbal Colón en su “Diario de Navegación” (escribía una especie de crónicas) y allí apuntó que se había encontrado con el Paraíso Terrenal, y afirmó: “yo muy asentado tengo en mi ánima que allí donde dije, en Tierra de Gracia, se halla el Paraíso Terrenal”. Por eso, la importancia de la crónica se evidencia en una carta que le envían los reyes españoles a Cristóbal Colón, donde le piden registrar sus actividades en una crónica de todo lo que sucede. Eso fue un mandato Real, en víspera de su Cuarto Viaje, en los siguientes términos: “ ...facer memoria de todas las dichas islas, y de la gente que en ellas hay y de la calidad que son, para que de todo nos traigas entera relación”. Esta carta es de suma importancia para conocer de la época lo que significaba la crónica (referencia de los hechos, lo que sucede, el acontecer), su valor, y la importancia que tenía la crónica y sus primeros cronistas de Indias y de América.
     
El poeta Alí Medina Machado, valioso escritor y cronista trujillano,
es uno de los organizadores de los encuentros de cronistas regionales.
     La crónica es un oficio para destacar la relevancia de los personajes apreciados por los pueblos, personajes significativos, importantes, y todos los que pudieran marcar el desarrollo histórico-social y afectivo de los pueblos, las ciudades, y las instituciones, y de toda la sociedad. Por eso el cronista escribe acerca de los actos significativos y su relevancia en todos los sentidos: hechos, creencias, humor, fábulas, y lo que contribuya a identificar las raíces culturales e histórica de los pueblos. Es un trabajo que involucra a todos los cronistas en sus diferentes áreas. Por eso, los cronistas (en la mayor amplitud del concepto), cronistas de historia local, municipal, cronistas institucionales, populares, cronistas periodísticos (sociales, deportivos, culturales, farándula y del chiste pueblerino), cronistas de la imagen, cronistas rurales, cronistas urbanos, literarios, y de todos los que asuman su oficio con honestidad de la crónica vinculada con la historia del presente (y sus vestigios del pasado), en fin, todos los escritores de crónicas en sus respectivas áreas de trabajo, todos son necesarios e importantes y gozan de la mayor estima de los ciudadanos por sus servicios de honrar y preservar la esencia histórica y cultural en la memoria de los pueblos.
     Hace pocos días (desde el 30 de junio al 2 de julio 2016) estuvimos participando con otros cronistas en el II Encuentro de Cronistas (realizado en la Universidad de los Andes, Núcleo Universitario “Rafael Rangel” de Trujillo), encuentro que tuvo carácter nacional, y logró su cometido en cuanto a la calidad y cantidad de participantes en una temática variada de la crónica relacionada con: la historia de los pueblos, arte, pintura, música, escritura, patrimonio histórico, identidad, religión, culto, personajes, hechos, educación, y en fin, todo lo que pueda abarcar la temática de la crónica.
El año pasado (2015) también ocurrió el primer encuentro de los cronistas (I Coloquio de Cronistas Trujillanos), y también fue un éxito. En estos dos últimos años (2015 y 2016) aquí en Trujillo se han realizado eso importantes encuentros de cronistas organizados por: el poeta Alí Medina Machado, apreciado escritor y cronista trujillano, junto a un equipo integrado por el Fondo Editorial Mario Briceño Iragorry: Luis J. Hernández, editor jefe; Pedro Rivera Chávez, editor adjunto, y los miembros del mencionado Fondo Diana Rengifo, (Alí Medina Machado), William Materano, Arturo Bastidas y Leonardo Argüello.
      Finalizamos esta crónica breve, y destacamos el concepto de crónica, expresado por nuestro estimado amigo Prof. (geógrafo) Francisco González Cruz: “La crónica es sustantiva, es fundamental en la creación de identidad porque recoge la memoria histórica, local y cotidiana, pero además registra los hechos de la actualidad y los cronistas son los que recogen los elementos sustantivos que le dan identidad al lugar y eso son los elementos que son fundamentales para construir futuro… Sin memoria no se puede construir el desarrollo humano… Y el gran valor  de la crónica y del cronista está en la construcción de identidad como base al desarrollo humano”.