(Gregorio
Riveros-Santos) Hay un concepto de crónica que nos viene de tiempos lejanos, más
allá de la presencia de los españoles por estas tierras de América. Ese
concepto nace con los griegos. El término crónica del latín “chronica”, tiene
sus antecedentes etimológicos en el concepto griego “kronika biblios”. El
término hace referencia a un relato que narra acontecimientos según su
organización cronológica. Por eso, vemos que su esencia no ha variado, es un
relato en relación al tiempo. Y así lo expresa la historiadora Diana Rengifo, y
nos dice: “Para nosotros tiene especial importancia la labor del cronista,
oficial u oficioso en nuestras localidades, porque es en los pueblos con
sentido histórico donde se siente la necesidad de dar fe de sus acciones y del
papel que han jugado en el devenir humano... es el trabajo del cronista —el de
antes y el de ahora—, dejar testimonio
de su tiempo y de su entorno”.
La crónica ha
sido importante en todas las épocas. Cristóbal Colón en su “Diario de
Navegación” (escribía una especie de crónicas) y allí apuntó que se había
encontrado con el Paraíso Terrenal, y afirmó: “yo muy asentado tengo en mi ánima que allí donde dije, en Tierra de
Gracia, se halla el Paraíso Terrenal”. Por eso, la importancia de la
crónica se evidencia en una carta que le envían los reyes españoles a Cristóbal
Colón, donde le piden registrar sus actividades en una crónica de todo lo que sucede.
Eso fue un mandato Real, en víspera de su Cuarto Viaje, en los siguientes
términos: “ ...facer memoria de todas las
dichas islas, y de la gente que en ellas hay y de la calidad que son, para que
de todo nos traigas entera relación”. Esta carta es de suma importancia
para conocer de la época lo que significaba la crónica (referencia de los
hechos, lo que sucede, el acontecer), su valor, y la importancia que tenía la
crónica y sus primeros cronistas de Indias y de América.
El poeta Alí Medina Machado, valioso escritor y cronista trujillano, es uno de los organizadores de los encuentros de cronistas regionales. |
Hace pocos días (desde el 30 de junio
al 2 de julio 2016) estuvimos participando con otros cronistas en el II
Encuentro de Cronistas (realizado en la Universidad de los Andes, Núcleo
Universitario “Rafael Rangel” de Trujillo), encuentro que tuvo carácter
nacional, y logró su cometido en cuanto a la calidad y cantidad de
participantes en una temática variada de la crónica relacionada con: la
historia de los pueblos, arte, pintura, música, escritura, patrimonio
histórico, identidad, religión, culto, personajes, hechos, educación, y en fin,
todo lo que pueda abarcar la temática de la crónica.
El año pasado
(2015) también ocurrió el primer encuentro de los cronistas (I Coloquio de
Cronistas Trujillanos), y también fue un éxito. En estos dos últimos años (2015
y 2016) aquí en Trujillo se han realizado eso importantes encuentros de
cronistas organizados por: el poeta Alí Medina Machado, apreciado escritor y
cronista trujillano, junto a un equipo integrado por el Fondo Editorial Mario
Briceño Iragorry: Luis J. Hernández, editor jefe; Pedro Rivera Chávez, editor
adjunto, y los miembros del mencionado Fondo Diana Rengifo, (Alí Medina
Machado), William Materano, Arturo Bastidas y Leonardo Argüello.
Finalizamos esta crónica breve, y destacamos el concepto de crónica, expresado por nuestro estimado amigo Prof. (geógrafo) Francisco González Cruz: “La crónica es sustantiva, es fundamental en la creación de identidad porque recoge la memoria histórica, local y cotidiana, pero además registra los hechos de la actualidad y los cronistas son los que recogen los elementos sustantivos que le dan identidad al lugar y eso son los elementos que son fundamentales para construir futuro… Sin memoria no se puede construir el desarrollo humano… Y el gran valor de la crónica y del cronista está en la construcción de identidad como base al desarrollo humano”.
Finalizamos esta crónica breve, y destacamos el concepto de crónica, expresado por nuestro estimado amigo Prof. (geógrafo) Francisco González Cruz: “La crónica es sustantiva, es fundamental en la creación de identidad porque recoge la memoria histórica, local y cotidiana, pero además registra los hechos de la actualidad y los cronistas son los que recogen los elementos sustantivos que le dan identidad al lugar y eso son los elementos que son fundamentales para construir futuro… Sin memoria no se puede construir el desarrollo humano… Y el gran valor de la crónica y del cronista está en la construcción de identidad como base al desarrollo humano”.