miércoles, 10 de agosto de 2016

Julio César León: El Ulises trujillano primer venezolano en Juegos Olímpicos

Foto: www.lasverdadesdemiguel.net
El nacido en la capital del estado tuvo que sobreponerse a distintas situaciones que difícilmente pudiera pasar hoy día un atleta olímpico. En lo más profundo de su ser León debió entender que aunque ser el primero es un camino a la gloria, es también un tortuoso camino que no cualquiera se atreve a transcurrir.

1948, el rey Jorge VI de un devastado Reino Unido declara inaugurados los XIV Juegos Olímpicos modernos luego de una larga espera de doce año producto de la II Guerra Mundial.

Entre los 3.714 atletas se encontraba un trujillano llamado Julio César León, un ciclista que sería también el primer deportista y abanderado venezolano en la máxima cita universal deportiva. León llegaba a Londres, recordando lo difícil que fue llegar hasta Europa.

En una entrevista para BBC Mundo con motivo de la celebración de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, León contó su anecdótica travesía hasta llegar al viejo continente.


Entrevista con el Embajador

Foto: www.abc.es

Gracias a que el hermano de León fue un “gran aviador” y tenía un amigo en la embajada británica, logró tener una entrevista con el embajador del Reino Unido en Venezuela.

El trujillano le mostró su deseo de participar en los Juegos Olímpicos al diplomático, quien luego de analizar la situación le dijo “Joven usted va para Londres”.


El embajador permitió que al evento asistieran su esposa y su entrenador, parecía que el tricolor nacional ondearía por vez primero en el Olimpo de los dioses.

Un viaje por todo lo alto
Foto: BBC
 A las seis de la mañana León estaba en el aeropuerto emocionado, sería su primer viaje a Europa. La emoción lo llevó a querer montarse primero, pero la caballerosidad inglesa se le fue por delante. Fue su mujer la elegida en tocar primero el aparato que surcaría los cielos.

“La cabina de las ametralladoras era una cúpula para ver alrededor y nos daba el sol, estaba muy fuerte” dijo León en aquella entrevista.

En el compartimiento de las ametralladoras, Julio César León  viajó desde Venezuela hasta Londres, haciendo paradas en Trinidad y Tobago, San Vicente y las Granadinas y Bermudas. 36 horas de viaje incluyendo las paradas no pasaron desapercibidas para el astro solar que le dejó sus marcas características en su piel.


Inscripción y bandera

Foto: skyros-sport.com

Cuando Julio César León llegó a una Londres que se reconstruía de la cenizas y trataba de mostrar sus mejores trajes para los invitados, fue a inscribir en la organización, donde mostró su deseo de representar los colores patrios.

"Usted no puede correr aquí porque las autoridades de su país no le dan permiso" le dijo uno de los encargados, lo que se convirtió en un duro golpe para el venezolano que como Ulises debió luchar por lograr llegar a Londres.

Las autoridades venezolanas luego de comunicarse con él, llegaron a Londres y finiquitaron todo el proceso administrativo. Luego de eso y sin estandarte patrio, León junto a su entrenador y esposa compraron un metro de tela amarillo, azul y rojo, y con un palo de escoba armó la primera bandera que desfilaría en unos Juegos Olímpicos.

Camaradería gaucha


Foto: hockeyhurlingclub.blogspot.com

León era conocido entre los ciclistas del continente, eventos anteriores los había reunidos. La grave crisis económica que vivía Reino Unido producto de la segunda guerra mundial, hizo que países como Estados Unidos, Paises Bajos o Argentina colaboraran para la realización del evento.

El presidente de Argentina, Juan Domingo Perón envió toneladas de carne para la delegación gaucha y los demás participantes. Uno de los argentinos que competía y que conocía al trujillano logró que este dejara de comer carne de cabello y alguna “sardinitas del Támesis” para unirse en la fiesta con los suramericanos.

“Ahí empecé a comer carne argentina, leche, queso, de lo más sabroso. Gracias a eso, en Londres no había comida, había una devastación tremenda. Por eso hay que admirar el esfuerzo que hicieron los ingleses para llevar a cabo esos juegos” dijo en aquella entrevista.


La competencia de su vida

Foto: ateneodepuntofijo.blogspot.com

Dejemos que sea el mismo Julio César León que cuente su experiencia: “En la prueba que más posibilidades tenía era el kilómetro contra el reloj. Yo había hecho en 1'12", 1'13". Pero los días eran como siempre en Londres, de pronto había calor, de pronto había frío y eso me hizo mucho daño”

“El día de la carrera comenzó a llover y, por supuesto, las autoridades no podían continuar con la carrera. Entonces hubo que esperar que la pista se secara. Pasaron tres horas. De pronto, 'vengan a la pista'. No tenía rodillo para calentar las piernas, ni salir a la calle porque estaba lloviendo. Así salí con las piernas frías y eso es desastroso. Hice 1'14". Ganó Dupont de Francia con 1'12"30”


“También corrí la prueba de velocidad. Eso es por sorteo. Tuve la mala suerte que me tocó un hombre llamado Mario Ghella, que era campeón de Italia, Mundial y ganó el título Olímpico. Me ganó por poca distancia, pero me ganó. Y eliminado”.