Durante 15 años el municipio de la
caña, piña y el tambor contó con los segundos mejores carnavales del estado. En
par de ocasiones sus desfiles de carrozas y comparsas duplicaban a los de
Boconó. La inseguridad que reina en tierras del ferrocarril sepultó el turismo
en un municipio de fiestas que hoy se niega
a morir.
Los
carnavales de Motatán era parada obligatoria para muchos turistas de municipios
aledaños y de otras partes del país que admiraban la elaboración armoniosa de
sus carrozas y los trajes de fantasía que desfilaban por las principales calles
del municipio.
A dos años
del último desfile que se recuerde en este territorio. Trujillo Digital te
presenta cinco datos que hicieron de estos carnavales un mito expandido que
competía en creatividad con los realizados en el jardín de Venezuela.
La reina del carnaval era un
sentimiento que movía pasiones
La elección
de la reina de las fiestas carnestolendas era una batalla tácita entre cada
sector que competía. Como en todo concurso, habían favoritas desde el inicio,
otras intentaban dar la sorpresa en la noche final.
La coronación
de la reina del carnaval era un evento que reunía miles de personas en el
estadio del pueblo, donde a una sola voz los barras apoyaban a su favorita.
Calle
Comercio, Daniel Carías y El Centro aseguraban un pase a la final por la
astucia de sus candidatas.
Los trajes de fantasías acoplaban el
centro del espectáculo
El peso de
los extravagantes trajes de fantasía valorados en millones de bolívares, daban
energías a las candidatas que aspiraban a la corona. Años tras años, los
sectores del municipio Motatán trabajan sin descanso para intentar obtener el
título para muchos más importantes luego de la corona: El mejor traje de
fantasía.
Sectores
como El Centro, San Nicolás o el Daniel Carías acaparaban la escena con miles
de piedras, y centenares de plumas que dejaban atónitos a un pueblo sediento de
fiesta.
Tener un
traje de fantasía a la altura del carnaval era un honor que sólo uno podía
obtener, pero que muchos deseaban lograr. Avenida Trujillo fue el último sector en obtener el deseado título de la creatividad.
El desfile de carrozas llenaba de
alegría las calles de Motatán
Las
colosales estructuras se visualizaban por la avenida Comercio del pueblo. Una a
una paseaba en compañía de las reinas del sector y daban permiso a la fantasía
y creatividad de cada comité organizador sectorial.
Desde un
cisne hecho con miles de cd, animales de películas hollywoodenses, a seres
mitológicos que venían de otro planeta, Motatán los recibía mientras los
flashes fotográficos les daban el mérito a sus creadores.
El desfile
podía durar más de ocho horas y la presentación de cada sector ante el temible
jurado calificador estaba acompañado incluso de hasta fuegos artificiales, toda
herramienta era válida para ganar el premio mayor: La mejor carroza del año.
Calle el
Baño, San Nicolás y El Centro, dominaron como Brasil, Alemania y Argentina en
fútbol, los desfiles de carrozas en Motatán.
La presentación de las comparsas y
los pasos atrevidos para atrapar al público
Al ritmo del
carnaval bailaban las docenas de personas que hacían parte de cada comparsa en
el desfile central.
Movimientos
atrevidos, trucos para tener al público en vilo y disfraces proporcionalmente
grandes dejaban en su andar un destello
sin igual de fantasía por el lugar.
San Nicolás
y El Cacao eran sectores reyes en esta sección del carnaval.
Era el único
momento del año donde los sectores trabajaban en conjunto, donde se olvidan los
problemas y la única guerra era saber qué haría el otro sector para el desfile
de carnaval.
Durante días
las personas amanecían pegando papel, tela o cartón. Pintando la carroza,
acomodando los trajes de la comparsa y preparando a la reina del carnaval.
Kilos de café y decenas de arepas eran repartidas para mantener a todos
trabajando por el mismo objetivo.
Eran días donde Motatán descansaba y celebraba a la
vez. Un tiempo para apreciar lo bueno de esta tierra. Como motatanense que
estuve de lleno en el trabajo carnestolendo no me queda más que decir: Cuánto
extrañamos el carnaval en nuestro pueblo.