La mejor forma de decir es hacer
José Martí
La palabra tiene un gran poder creador y transformador; incluso,
según muchos, es la primera gran fuerza de la humanidad. Y esto anterior es muy
en serio...
Ahora, imaginemos: si yo estoy un poco loco y me encuentro una
piedra y digo por loquera mía que es Mi Mascota
(bueno, estoy un poco loco, ustedes sencillamente pueden reirse de mi), entonces
convierto a través de la palabra (así sea palabra de loco) a una piedra en Mi Mascota; hasta le amarro una cuerda y
la saco a pasear porque así se me antojaría y he ahí mi mascota ¿Quién dice que
no?
Pero si yo estoy cuerdo, y a un lugar donde el crimen está latente
y evidente le llamo Zona de Paz... ¿Es
suficiente la palabra (así sea palabra de cuerdo) para que realmente se
convierta en eso, en una Zona de Paz?
Me imagino que si, porque si un loco puede convertir una piedra en mascota,
imaginemos las posibilidades de una mente sana...
¡Qué práctica es la realidad y qué tonta la humanidad que se
esfuerza por el cambio en la acción, en vez de sólo cambiar los nombres de las
cosas!
He vivido engañado pensando que la vida era más compleja.
Pediré trabajo en el Viceministerio de la Suprema Felicidad.