domingo, 23 de abril de 2017

En el Guaire serán purificados

Manifestantes cruzando el Guaire en Caracas
(Foto: El Universal)

El humo de las bombas lacrimógenas los acorralaba, por un costado, los feroces represores, por el otro, el turbio río Guaire, ambos lados llenos de putrefacción. No les quedó de otra, decidieron lanzarse al torrente, porque para ellos, en el caso de morir, la infección sería una muerte más digna que por una bala represora.

Hombres y mujeres, jóvenes, adultos y ancianos decidieron refugiarse en las aguas negras del afluente que atraviesa el valle de Santiago del León, aguas negras que en tiempos de la independencia fueron cristalinas, las cuales sirvieron como abrevadero para los corceles de los próceres; hoy, esas mismas aguas, contaminadas por el mito del progreso, llenas de heces, basura y desechos tóxicos purificaron a la muchedumbre que se volcó sobre ellas, salvándolos de una muerte cruel perpetrada por las maniobras desesperadas de un tirano moribundo, con ínfulas de emperador, riendo frenéticamente cual Nerón viendo a Roma quemarse.

Burlas salían de los labios resecos del esquizofrénico títere con delirios napoleónicos: “Al César lo que es del César, a Dios lo que es de Dios y al Guaire lo que es del Guaire”, su séquito se hizo eco de este edicto publicado en las redes sociales, tratando como porquería a los humanos desesperados por el humo ahogante de las bombas que se lanzaron al río.

El Pueblo de Israel cruzó el Mar Rojo para huir del ejército enemigo y dejar la esclavitud atrás, ahogada en el fondo del mar, junto con los mejores Capitanes, caballos y Caballeros del Faraón enceguecido de odio. Israel también cruzó el río Jordán para llegar a la Tierra Prometida, dejando en su fondo 40 años de deambular en el desierto por alejarse del Dios de sus padres y adorar a un Becerro de Oro, así hoy, estos venezolanos, hombres y mujeres con sed libertaria cruzaron el río Guaire, buscando su libertad, queriendo dejar el desierto de la escases y del silencio comunicacional y la esclavitud de las colas y del hampa atrás, en lo más profundo del Guaire, con la esperanza de la Venezuela Prometida, una Venezuela donde mane Leche, Miel y todos los productos y medicinas que hoy faltan, una Venezuela libre, libre de todo Faraón y de todo Becerro de Oro, Libre de esclavitud, Libre de Tiranía.


Ellos fueron purificados en el Guaire.