Su alma
vuela libre mientras transforma la realidad con la magia que brota desde sus
pinceles. Desde pequeña vivió rodeada de un mundo lleno de arte, de músicos y
teatro, lo cual la ha llevado a triunfar y a traspasar fronteras como artista
plástica, comenzando desde Trujillo el pueblo que la vio nacer y fue el capullo
de esa tarita azul que le inyecta color al mundo con sus pinturas y poesías.
Desde sus
trazos Anita Mendoza, trujillana de pura cepa, va dejando al descubierto su
alma, pues las letras y la pintura brotan desde lo más profundo de su ser para
embriagar de magia a los espectadores de su vasta obra como artista plástica,
carrera que desde niña ha desarrollado. Lo que comenzó con aquellos árboles que
dibujaba hoja por hoja en el preescolar, se ha convertido hoy por hoy en
grandes pinturas que van surcando huellas profundas en nuestro estado,
Venezuela e incluso fuera de nuestras fronteras.
Mendoza se
ha destacado por ser una de las personas que ha reivindicado el papel
importante que juega la mujer en el arte y la cultura de nuestra sociedad,
trayéndola así, desde el olvido a un presente donde la mujer es pieza
fundamental para el desarrollo cultural
y social de nuestro país y el mundo. Otra de las cosas por la cual ha resaltado
en los últimos años, ha sido esa forma maravillosa de construir historias en
las pieles de quienes han sido tocados por sus pinceles y vivieron la
experiencia de ser bañados por esa explosión de colores que Anita va plasmando
a través del arte corporal, convirtiéndola en promotora de una forma muy
peculiar de llevar el arte a la calle, pues así como sus pinturas caminan por
todos lados, también realiza estatuismo humano, el cual va cobrando vida a
cambio de que las personas realicen una lectura; una forma muy interesante de
mezclar el habito de leer con el arte.
La esencia de
Anita se caracteriza por ser una persona constante, creativa, mágica,
perseverante y luchadora. Una de sus más grandes luchas ha sido en contra de su
enfermedad, pues ya hace 12 años desde que se le diagnosticó Linfoma no Hodgkin
o cáncer del sistema linfático, aunque por su temple de mujer guerrera, puede
decir que es una sobreviviente más de esta enfermedad que está afectando a gran
cantidad de mujeres y hombres en la
actualidad. Ella es un testimonio fiel de que si se puede, además un ejemplo de
que con perseverancia podemos lograr nuestras metas, pues el persistir ha sido
la base del éxito de su carrera como artista plástica, sumándole a esto su
incasable búsqueda de la felicidad, el perfeccionismo y de una vida en plenitud
rodeada de sus seres queridos y de personas que la apoyan siempre, todo esto
sumergido en su mundo de pinceles y colores.
En el
ámbito académico, Anita Mendoza tiene una amplia lista de estudios y de lugares
donde desempeño cargos importantes. Diseñadora gráfica, licenciada en arte
plásticas mención pintura, M.s.c en administración de recursos humanos, son
algunos de los títulos obtenidos por Mendoza. Para el periodo de enero del 2013
culminaba su gestión como directora de la desaparecida Escuela de Artes
Plásticas Monseñor “José Humberto Contreras” de Valera, luego en ese mismo año
se le fue asignada la dirección de la Fundación del Niño: Casa Arcoíris Pampán,
donde estuvo hasta agosto del 2013. Actualmente trabaja para la coordinación de
cultura del estado como promotora cultural, donde también laboro en otras
ocasiones. Desde una asistente, una instructora a una directora, se ha
desempeñado la trujillana, quien además deja muy claro que una de sus
convicciones es enseñar a otras personas, en especial jóvenes, para heredar
generaciones de relevo en el mundo del arte.
Sin duda
alguna, Anita Mendoza es una insigne trujillana que día a día sigue creando
hermosas obras de arte en busca de un mejor país y sobre todo, para enriquecer
más aun nuestra cultura y enaltecer a la mujer. Una historia de inspiración que
puedes conocer a través de nuestro portal web muy pronto en una entrevista
donde nos encontraremos con Anita, una tarita azul que pinta con su magia a
Trujillo.
Foto: Anita Mendoza Diseño&Edicion: Gustavo Bencomo