domingo, 9 de abril de 2017

Acoso a estudiantes homosexuales de Comunicación Social de la ULA no afecta su autoestima


Un Estudio realizado a 15 estudiantes sexodiversos de Comunicación Social del Nurr comprobó que 93,3% (14) no dejaría la carrera por acoso, y alegaron que el maltrato que reciben por parte de un grupo del personal, que trabaja en esta casa de estudio, o algunos estudiantes de otras carreras no influye de manera negativa en su autoestima

E/CS Juan Pérez

Víctor y Juan, pareja homosexual de 20 y 22 años, estudiantes de Comunicación Social en el Núcleo Universitario Rafael Rangel de la Universidad de Los Andes (Nurr-ULA), dicen ser discriminados por parte del personal universitario. “Una vez Juan estaba acostado con la cabeza en mis piernas mientras esperábamos para entrar a clases, y una de las señoras que limpian se nos quedó mirando de forma despectiva. En vez de molestarnos, nos empezamos a reír”, relató Víctor. Los jóvenes homosexuales de esa carrera se sienten acosados por algunos trabajadores de la universidad y estudiantes de otros cursos, pero esto no afecta de manera negativa en su autoestima.

Una encuesta realizada a 15 estudiantes de Comunicación Social con diversidad sexual en el Nurr determinó que 73,3% (11) no se avergüenzan de su preferencia sexual, otro 93,3% (14) indicó que no abandonaría la carrera por el acoso que pudiese recibir de sus compañeros. Sin embargo, el 60% (9) manifestó que alguna vez negó su preferencia sexual por miedo al rechazo familiar. El 46,6% (7) considera que la causa de este tipo de acoso es la falta de información.

Nathaly Briceño, psicóloga del Instituto Autónomo Consejo Nacional de Derechos del Niño, Niña y Adolescentes (Idena), considera la homosexualidad como una condición de vida, algo natural. “Anteriormente en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM) aprobado por la Asociación Americana de Psiquiatras (APA), la homosexualidad era considerada como un trastorno mental en los seres humanos, pero en 1990 dejó de considerarse una enfermedad. Ahora es algo hormonal, así se demostró”, declaró.

Diversidad sexual en la sociedad




La sociedad genera preocupación en las personas con diversidad sexual, ya que los excluyen por no pertenecer a una categoría social estigmatizada: la heterosexual. Las personas LGBTI son más vulnerables de sufrir discriminación y exclusión en el ámbito educativo, lo cual repercute negativamente en su salud mental.

Para Nathaly Briceño, las personas con diversidad sexual “psicológicamente sufren un daño importante porque son muy poco aceptados a nivel social y si son aceptados, igual hay otras personas que aún discriminan la condición sexual”. Añadió que generalmente las personas sexodiversas sufren baja autoestima “son personas muy inseguras, con mucha indefensión. Generalmente sufren depresiones, inclusive se han visto muchos casos de suicidio, y es debido a esta depresión por la poca aceptación de la sociedad”.

Luis Delgado, sociólogo del Servicio Administrativo de Protección al Niño, Niña y Adolescente del estado Trujillo (Sapnnaet), declaró que las personas con diversidad sexual son consideradas como un movimiento social que lucha por sus derechos. “La sociedad tiene unas normas regulatorias y un nivel de control social que de una manera impone ciertos modelos de sexualidad y cultura (…) cuando una persona se sale de esas normativas la sociedad tiende a sancionarla”.

Homofobia y mentes abiertas


La palabra homofobia proviene del griego (homo) que significa “mismo” y (fobia) que significa “miedo”. Se utiliza para describir un miedo o una actitud negativa hacia las personas homosexuales (Lgbti). Puede expresarse de muchas formas, como insultos, discriminación o niveles más extremos de violencia e intimidación.

La psicóloga, María José Roldan Prieto, publicó en la revista digital bekiapareja.com un artículo llamado “Cómo Hacer Frente Al Bullying Homófobo” en el que aseveró: “Hoy en día quedan muchas mentes que necesitan comprender que ser gay no es algo malo y que la homofobia es algo que debería quedar en el pasado (…) la mayoría de las personas homófobas actúan de esta manera debido a la ignorancia y al miedo”.

Un estudio realizado a  15 estudiantes heterosexuales de Comunicación Social del Nurr demostró que el 86,6% (13) considera que la homosexualidad es un rasgo biológico y no una enfermedad. El 73,3% (11) está de acuerdo con que personas del mismo sexo se casen y adopten niños.

Sin embargo, la misma encuesta aplicada a 30 personas entre estudiantes de otras carreras y trabajadores heterosexuales del Nurr indicó que el 63,3% (19) opina que no debería existir la diversidad sexual y el 73,3% (22) no está de acuerdo con el matrimonio entre parejas del mismo sexo, ni que las mismas adopten niños. Aunque el 46,6% (14) al saber que un compañero es LGBTI lo ignora, el 50% (15) utiliza términos descalificativos para referirse a las personas sexodiversas.

Al ignorante se ignora

Julio Ávila, de 22 años, estudiante homosexual de Comunicación Social en el Nurr, contó que sí ha recibido acoso por ser gay pero que esto no afecta su autoestima “Soy una persona anti parabólica, no tengo miedo de mostrar o ser realmente quien soy”. Apuntó que las personas que acosan lo hacen por falta de información y por desconocer  la comunidad sexodiversa, “al ignorante se ignora”.

Ávila reveló que gracias al apoyo de su familia y amigos ha dejado atrás el odio, ya que una vez, cuando era un niño de 8 años, pensó en suicidarse por miedo a no ser aceptado al saber que sus parientes juzgaban a las personas con diversidad sexual. “Tenía miedo de que yo fuera rechazado, pero a los 12 años me quité esa idea de la cabeza”.

Una investigación hecha por Aitor Martxueta Pérez y Juan Etxeberria Murgiondo, para la Universidad del País Vasco (UPV), expone “El apoyo social proporcionado tanto por la familia como por los amigos constituye un importante factor de bienestar. Se observa que a mayor percepción de apoyo por parte de la familia y los amigos, menores niveles de depresión y ansiedad, mayores niveles de autoestima, mejor equilibrio de afectos”.

Un estudio realizado por Russell Stephen para la Universidad de Arizona concluye en “Sabemos en base al estudio que el orillar a los jóvenes Lgbti a mantener sus preferencias en secreto está asociado a la depresión, comportamiento suicida y uso de drogas. Ayudarlos a entender que abrir su identidad Lgbti puede protegerlos contra riesgos y promover una mejor autoestima”.

La solución en las leyes


La Declaración Universal de los Derechos Humanos, indica, en sus principales artículos, que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos. También expone que toda persona tiene los derechos y libertades sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, etc. 

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece que "todas las personas son iguales ante la ley", prohíbe actos de discriminación "que tengan por objeto menoscabar el reconocimiento en condiciones de igualdad de los derechos de toda persona", y que "toda persona tiene derecho al libre desenvolvimiento de su personalidad".

El coordinador de Venezuela Igualitaria en Trujillo, Alexander Lucena, contó que pensaba que la solución para la discriminación contra homosexuales era la ley, ahora dice “No es cuestión de ley, es cuestión de mentalidad y para cambiar la mentalidad hace falta activismo. El racismo y feminismo no se reivindicó por leyes sino por una lucha constante de estas personas”.

Educación familiar

En palabras de Luis Delgado, el acoso se evita por medio de la educación. “Debe haber una educación que oriente al respeto, a la atención y necesidades de estos grupos. Y nosotros desde nuestras familias promover el respeto hacia las personas, que son igual que uno pero tienen diferencias de carácter sexual”.Nathaly Briceño, manifestó que el acoso se evita con cultura. “Yo pienso que todo entra por la familia, que los padres le expliquen a sus hijos que existen personas que son diferentes. Es cuestión de educar y todo empieza por casa”.