jueves, 6 de abril de 2017

20 imágenes que reflejan la belleza de Jajó tomadas por una extranjera


Yordanka Caridad es una bloguera cubana que retrató para el diario independiente Havana Times el encanto andino que guarda Jajó. Ella quedó hechizada por el pueblo trujillano que sigue atrapando a todo aquel que se aventura a visitarlo.

Nota: Yordanka Caridad es la autora de todas las imágenes presentadas.

“Amanecer cada día allí, resultó ser casi mágico” escribió Yordanka Caridad para Havana Times, un sitio web independiente cubano con blogueros en distintas partes del mundo.

La fotógrafa retrató el día a día de Jajó, su gente, sus calles, las montañas que sirve de panorámica eterna para todo aquel que la visita. Como a todos, ella también quedó hechizada por uno de los pueblos más bellos de Trujillo.

Así escribió Caridad en 2016 cuando visitó Jajó.

Hace quizá un año que estuve caminando por las callecitas de un pueblo llamado Jajó. Nos aventuramos a ir hasta Trujillo, en los Andes Venezolanos, con ese deseo de conocer más del país donde estoy viviendo. Quería, de paso, estar lejos de la ciudad, de la locura de Caracas, el ruido, la calima, los asaltos.

Aunque Jajó ya ha dejado de ser el pueblo paradisíaco donde no llegaban los malandros y, en otros tiempos, habría podido pasearme tranquila con la cámara; tampoco es que se pueda comparar con otros sitios de Venezuela.

Amanecer cada día allí, – lástima que no pude llegar ni a una semana – resultó ser casi mágico. Antes de las cinco de la mañana mis ojos se negaban a estar cerrados, no querían perderse un minuto más de aquellos paisajes.

Jajó tiene poco más de 400 años de fundado, y está a unos mil 800 metros sobre el nivel del mar. Así que a veces, para los que no estamos acostumbrados, el aire puede parecer no todo lo suficiente que necesitamos para movernos con soltura, pero no es algo que impida sentirse bien.


Cuando me vaya de Venezuela – quizá sea mucho antes de lo que tenía pensado, dada las circunstancias – me llevaré muchas cosas bellas respecto a su gente; pero la familia que nos acogió por esos días allí tendrá siempre un sitio especial para mí. Creo que una de las costumbres que caracterizan a los que viven en pueblos apartados es la hospitalidad, y en este caso es de lo que más abunda en Jajó.