Yordanka Caridad es una bloguera
cubana que retrató para el diario independiente Havana Times el encanto andino
que guarda Jajó. Ella quedó hechizada por el pueblo trujillano que sigue
atrapando a todo aquel que se aventura a visitarlo.
Nota: Yordanka Caridad es la autora de todas las imágenes presentadas.
“Amanecer
cada día allí, resultó ser casi mágico” escribió Yordanka Caridad para Havana
Times, un sitio web independiente cubano con blogueros en distintas partes del
mundo.
La fotógrafa
retrató el día a día de Jajó, su gente, sus calles, las montañas que sirve de
panorámica eterna para todo aquel que la visita. Como a todos, ella también
quedó hechizada por uno de los pueblos más bellos de Trujillo.
Así escribió
Caridad en 2016 cuando visitó Jajó.
Hace quizá
un año que estuve caminando por las callecitas de un pueblo llamado Jajó. Nos
aventuramos a ir hasta Trujillo, en los Andes Venezolanos, con ese deseo de
conocer más del país donde estoy viviendo. Quería, de paso, estar lejos de la
ciudad, de la locura de Caracas, el ruido, la calima, los asaltos.
Aunque Jajó
ya ha dejado de ser el pueblo paradisíaco donde no llegaban los malandros y, en
otros tiempos, habría podido pasearme tranquila con la cámara; tampoco es que
se pueda comparar con otros sitios de Venezuela.
Amanecer
cada día allí, – lástima que no pude llegar ni a una semana – resultó ser casi
mágico. Antes de las cinco de la mañana mis ojos se negaban a estar cerrados,
no querían perderse un minuto más de aquellos paisajes.
Jajó tiene
poco más de 400 años de fundado, y está a unos mil 800 metros sobre el nivel
del mar. Así que a veces, para los que no estamos acostumbrados, el aire puede
parecer no todo lo suficiente que necesitamos para movernos con soltura, pero
no es algo que impida sentirse bien.
Cuando me
vaya de Venezuela – quizá sea mucho antes de lo que tenía pensado, dada las
circunstancias – me llevaré muchas cosas bellas respecto a su gente; pero la
familia que nos acogió por esos días allí tendrá siempre un sitio especial para
mí. Creo que una de las costumbres que caracterizan a los que viven en pueblos
apartados es la hospitalidad, y en este caso es de lo que más abunda en Jajó.