jueves, 28 de enero de 2016

La utopía como un producto de algún bando, no sería utopía


La realización de la utopía no considero que consista en que un bando se erija como el supremo precursor de la felicidad, ¿o si es así? Me parece absurda la realización de la utopía como un producto de algún bando: eso no sería utopía.

Esta actual lucha venezolana de izquierdas y derechas me ha legado (palabra que me está cayendo bastante mal, con todo y lo útil que es) una enorme lección: llegar a la utopía no es el objetivo de ningún bando porque cada uno de ellos es impulsado por el orgullo de decir “tú no lo lograste y Yo si lo logré”, y no exactamente por buscar el bien colectivo sin distinción de colores. De esto adolece sobre todo el bando que se hace llamar de izquierda; el de derecha, vive en un mundo capitalista, de intereses materialistas, así que se siente a gusto (siempre y cuando ostente el poder, se sentirá a gusto).

¿Para qué la utopía si en ella, el bando que la logre, no va a hacer más que llenarse la boca con la impertinencia de  decir que ellos fueron quienes la alcanzaron? Es más, ¿suena eso a estar en la utopía?

Querer implementar el socialismo, como ejemplo inmediato (muy padecido por todo venezolano) para el “bien” colectivo, es una enorme impertinencia, es insistencia de la imbecilidad, porque ese bien colectivo no puede estar confinado en una fórmula. La realización de la utopía es algo tan general, tan de todos y para todos, que es igualmente (insisto) de imbéciles creer que van a haber bandos implicados en su realización: la utopía es humana, no algo de grupos.

No hay construcción del bien común con los ojos puestos en una sola vía. La utopía no es otra cosa que un estado espontáneo colectivo (resultado de un de…), del ser, que busca el equilibrio, cuyo valor primordial es la felicidad individual para lo colectivo. Utopía es un concepto que me parece describe algo tan grande y abstracto como Dios: es nuestro concepto genérico para nombrar a esa situación ideal de una humanidad en armonía. La diferencia entre estos dos conceptos, es que la utopía (el concepto de Dios es algo de existencia meramente ideal, situado más allá de lo físico y perceptible) sería una construcción de actitudes y aptitudes en los seres humanos, que den como resultado espontáneo, concluir que lo mejor para todos es una armonía general expresada en el bien común (algo que nazca de la convicción individual, visto como algo necesario e irrefutable).

Ningún bando busca la realización de la utopía, así esa sea su bandera: eso es definitivo. Todo bando ineludiblemente busca su supremacía, demostrar que tuvo la razón y ostentar el poder, ¿o es que acaso al lograr sus objetivos, van a optar por hacerse periferia? Ningún bando es humilde, y la utopía es eminentemente humilde, solidaria, empática. El que busca la realización de este ideal, no anda pensando en los que están detrás y con él, sino en todos, hasta en esos que nunc conocerá. Así que, sobran las palabras para explicar mi conclusión respecto a este tema.

La construcción de la utopía es una responsabilidad individual. Entonces, también es muy probable, que la utopía sea un concepto todavía más ideal que el de Dios. (…)


Aunque creo que, en palabras que usó Galeano, la utopía siempre nos servirá para caminar.